lunes, mayo 13, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Libertad de expresión

Pablo Cabañas Díaz

En una nueva controversia sobre el desempeño de los medios de comunicación, el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que en México “no hay un periodismo profesional, independiente. A quienes desde la academia nos dedicamos al estudio de los medios de comunicación nos interesa comprobar la veracidad, con la que emiten su información los grandes medios de comunicación en es este sentido llaman a la reflexión las palabras del presidente.

En la narrativa presidencial se invita a pensar que la verdad es una especie de propiedad que caracteriza a ciertos pensamientos, enunciados o aseveraciones. Pero  el filósofo francés Rene Descartes, en 1628, pensaba que a la verdad no se llega por casualidad, sino que debe existir una clara voluntad para ello, y mientras más fuerte sea esa voluntad más cerca se estará de lo verdadero. Vale la pena señalar que, para Descartes, lo opuesto a la verdad no es la mentira sino el error, que deriva de una carencia en el conocimiento.

Algunos medios de comunicación parecen haber olvidado que la verdad es un elemento esencial y fundamental en la información. El concepto de verdad es tan importante que la Constitución Europea, reconoce y protege el derecho a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. El Constituyente en esta parte del globo, no habla sólo de información, le añade el requisito de la veracidad, lo que es sinónimo de auténtica y comprobable.

El mensaje informativo tiene como finalidad la transmisión de hechos, datos, acontecimiento, que sean ciertos, si no lo fuesen no sería información, deberíamos hablar en este caso de otra cosa: desinformación, información errónea, falsa, tendenciosa, obscura. Pero la verdad en términos absolutos, aristotélicos o como categoría metafísica no existe, es imposible de aprehender. La verdad en la información debe entenderse como una adecuación tolerable entre lo sucedido y lo transmitido. La información necesita que haya una correlación entre los hechos acaecidos y el mensaje, descartando la presentación engañosa, cínica.

La veracidad es el fundamento del derecho de la información. Para que el derecho a la información prevalezca, existe un principio ligado a un mecanismo de solución de conflictos. Se trata del principio de proporcionalidad. El razonamiento es muy sencillo: si se trata de saber qué derecho pesa más, se deben de ponderar los derechos en pugna; y si no es posible definir bien una relación de ponderación hay que tener en cuenta una relación de proporcionalidad entre los derechos en juego.

La libertad de expresión es un derecho primordial, intentar coartarlo implica impedir que las personas no tengan nuevos puntos de vista, y que no exista una pluralidad de ideas. Pero los derechos tienen límites, y los límites a la libertad de expresión están en la comprobación de que lo que se manifiesta se puede verificar, por tanto, a la libertad para difundir noticias falsas debe imponérsele un límite, sobre todo, cuando se pone en riesgo la vida, el honor y la salud física y mental de una sociedad. El problema empieza cuando la autoridad tiene que definir sobre qué información es cierta, auténtica y comprobable y que otra no lo es.

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