El ministro y él, él y el licenciado presidente que, en el ocaso del poder, cuando se le acaba la fuerza de la mano izquierda no controla la secrecía de sus acuerdos...
El vicecoordinador del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo señaló que absolutamente nadie, puede ser obligado a desempeñar un encargo, el cual no tiene interés, deseo o vocación por realizar.