martes, mayo 7, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Regina Aguilar: artista censurada

Pablo Cabañas Díaz.

En América Latina hay territorios invisibilizados por los críticos del arte contemporáneo. Los países centroamericanos y del Caribe que percibimos en esta categoría son: Nicaragua, Belice, El Salvador, Panamá y Guatemala, y en el caso de Regina Aguilar (1954) por haber  vivido en Honduras. Regina, obtuvo la licenciatura en Bellas Artes en el College of Art de Massachussets. Regresó a Honduras en 1991, cuando la vida la puso a escoger entre continuar con su floreciente carrera artística y su familia. Optó por su familia, y en el camino, trató de sacar adelante un  pequeño pueblo llamado  San Juancito. Llegó en 1992 en busca de agua para instalar su taller.

Artista y pueblo, se volvieron uno y empezaron una nueva historia con el nacimiento de In Vitro, empresa comercializadora de las obras de Regina. Esta incomprendida escultora, merece ser conocida ya que  su principal obra pública fue totalmente destruida. El monumento llamado “Tríada Escultórica y un Sabio”, en honor al prócer independentista hondureño, José Cecilio del Valle,  le fue encargada en 1992, por el alcalde de San Pedro Sula. La obra estaba compuesta por tres estatuas de bronce en tamaño real, que requirieron la fundición de seis mil kilos de balas que le fueron donadas por el ejército. La obra representaba a Valle en tres momentos de su vida: con su propia cabeza en las manos, representando su lado intelectual; con un globo terráqueo, representando su afán humanista y unionista; y la tercera portando una mazorca de maíz, para plasmar su amor por la tierra, y el trabajo en el campo.

Pero el prócer estaba representado desnudo lo que despertó el repudio de los políticos de la época, por contravenir lo cánones estéticos considerados apropiados para una obra de arte. “La sociedad- narra Regina-  estaba fascinada con la obra, se iban a tomar fotos, hasta que un día amaneció con pañales, todo el mundo escribió sobre ella: el arzobispo, el presidente, las feministas, los machistas, todos. Le dijeron que era una pervertida sexual, que allí había puesto todas sus fantasías, que el pene debía medir tanto”. La presión fue tal que el un nuevo alcalde en 1994, ordenó destruir la escultura. En 2021, aún en pedazos y destruida, la Tríada Escultórica y un Sabio fue reconocida a nivel internacional, al ser a través de fotos y recortes de periódico en la Exhibición Arte con Impacto Urbano, en el Museo Reina Sofía de Madrid.

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