Pablo Cabañas Díaz.
Marta Palau Bosch (1934) es una artista plástica española nacionalizada mexicana. Fue una de las primeras artistas visuales en México en hacer explícitas ciertas preocupaciones en torno a la mujer desde la década de los años setenta. Ha trabajado el grabado, la pintura, la escultura y sobre todo el tapiz.
Realizó sus estudios de 1955 a 1965 en “La Esmeralda”, escuela de pintura y escultura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Tuvo como maestro de grabado al colombiano Guillermo Silva Santamaría. Viajó a California y Cataluña para especializarse en la técnica del tapiz. En la San Diego State University fue alumna de Paul Lingren y en Barcelona fue discípula de Josep Grau-Garriga.
En 1968 fue miembro fundador del Salón Independiente, un proyecto artístico organizado colectivamente como contestación en contra de la convocatoria del INBA a la “Exposición Solar”, que mostraría las tendencias del arte actual en México como evento paralelo a los juegos olímpicos, en el contexto de la represión del movimiento estudiantil mexicano de ese año.
Palau mostró una serie de pinturas en el Segundo Salón Independiente en 1969 y en el siguiente año realizó una ambientación, ambas se exhibieron en el Museo Universitario de Ciencias y Arte en la UNAM. Formó parte de la renuncia masiva del mismo en 1971, tras la cual el salón se disolvió. De 1973 a 1976, fue coordinadora del Centro de Arte Moderno en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. A principios de la década de 1980 desarrolló un taller experimental en Cuba.
En 1981, presentó un homenaje Lázaro Cárdenas, en Jiquilpan, como agradecimiento al trabajo realizado por el presidente de acoger refugiados del bando republicano en México tras la guerra civil española. Algunas de sus obras más vinculadas a su biografía fueron las serigrafías exhibidas ahí. En sus propias palabras relata este aspecto de su vida:
“No fui consciente de lo que Lázaro Cárdenas había hecho, por mis padres y por muchos otros republicanos españoles, hasta años después de mi llegada a México. No fui consciente de lo que significaba vivir en el exilio lejos de una patria donde la justicia había sido pisoteada y arrastrada por el fascismo. Yo era demasiado pequeña cuando llegué a México para darme cuenta del dolor que representaba todo esto. Supe más tarde que Lázaro Cárdenas era el hombre que había dado una segunda patria y una nueva nacionalidad a los refugiados españoles. A mí me dio la única que he tenido siempre, pues la otra, la española, la había perdido antes de ganarla”. Palau es una artista comprometida con las causas de las mujeres y la democracia.