Teresa Gil
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No es coincidencia porque el tema es general, pero si se produjo el mismo día. Un alto dignatario católico, el arzobispo de Oaxaca José Luis Chávez Botello y el grupo de la Compañía Titular de Teatro de la Universidad Veracruzana lo recalcaron ante grupos espectantes y en diferentes sitios: la violencia se instaló, en estados, en el país, en nuestras vidas y solo algo extraordinario puede detenerla. Para el prelado debe ser dios, para los dramaturgos y actores, quizá la denuncia, la lucha, el cambio. El hombre, de 75 años que pronto será dimisionario, había declarado días antes que a los maestros, “les ponen piedritas en el camino” y abogó , “en medio del miedo que nos abruma”, porque se resuelva el caso de Nochixtlán. El grupo de teatro estuvo en la ciudad de México y en un recinto de la calle Milán, El Milagro, resumió en la obra El Puro Lugar, el recorrido que llevó año y medio para recopilar y representar los casos más terribles y notables de la violencia en Veracruz. Un día después, el lunes 26 de junio, se demostraba esa violencia en Michoacán con el anuncio del asesinato de un periodista más, el de Salvador Adame cuyo cuerpo fue quemado. El arte puede representar la angustia que nos abruma y quizá un hombre anciano, como Chávez Botello que confía en un poder externo para que nos socorra, pueden ser un acicate de lucha o un alivio de fe. Pero la realidad nos estrella en un callejón sin puertas. Solo en el mes pasado, fueron asesinadas 2 mil 186 personas; se van sobre familias enteras y niños como acaba de suceder en Veracruz. El terror se expande por todo el país. El Puro lugar está basado en un teatro de no ficción, “que toma prestadas herramientas del documental tratando de acercarse a los fenómenos de la realidad” Y que mayor realidad que mostrar el asesinato de obreros solo porque eran de izquierda, algunos comunistas, la brutal represión que sufrió un grupo de estudiantes en 2015, la agresión a los actores de la obra Cúcara Mácara, los ataques feminicidas a veracruzanas, un cúmulo que fue saliendo del intercambio directo con la gente. Todo se inició en el barrio obrero de San Bruno en Xalapa, donde a los temas iniciales se fueron agregando los más diversos como en una pesadilla, que es la que vive actualmente esa entidad. En la representación de la obra se incorpora, incluso, la violencia diaria que sufren los animales y un perro, el Manchas, circula por la escena. Los textos de la obra, -que se adscribe a la corriente de arte y archivo-, fueron escritos por los dramaturgos Jorge Vargas, quien propuso el concepto y por Alejandro Flores. En la conceptualización general participó la dirección de la compañía. Y hubo un trabajo de colaboración entre Teatro Línea de Sombra y ORTEUV. Los escritos fueron surgiendo a lo largo de seis meses y durante un año, cada mes se representó un capítulo en diferentes partes del barrio, pero principalmente donde fueron brutalizados los estudiantes hace dos años, en El Puro Lugar. La obra destaca la larga lucha del sindicato textilero de San Bruno y sus obreros comunistas (documentos del Centro de Investigaciones históricas de la UV)), sus demandas de varias décadas y la represión que recibían de parte de los diversos gobiernos algunos surgidos de la Revolución, con muertos, heridos, expulsados y deportados. Con la bandera de la hoz y el martillo extendida a sus espaldas, una actriz canta con voz dulce en El Milagro, aquella canción que hizo famosa el dueto de los esposos Antar y Margarita, a fines de los setenta y parte de los ochenta. Canción que está en un disco que protagonizaba el actor comunista ya desaparecido Claudio Obregón. Así resumían su lucha a favor de la vida:
Que bello es pintar para la vida
Pintar para el Partido Comunista
En las filas del Partido Comunista