Sergio Gómez Montero*
tú vienes del mar,
del verde árido
donde hay palabras
antiguas y cansancio en la sangre
C. Pavese: “La tierra y la muerte”
En memoria de Nacho, Joaquín y Ángel
No fue fácil el fin de año. Esperaba estar en Hermosillo, para una reunión más de los viejos de la tribu, pero el contagio de mi hijo impidió que realizáramos (la familia) el viaje y tuvimos que quedarnos en Ensenada, en donde no ha habido agua durante quince días, con los sufrimientos que eso significa. Ya aquí, en la ciudad, llegaron día con día las noticias del fallecimiento de los amigos que no pudieron seguir adelante, quizá porque la vida para ellos dejó de ser atractiva y prefirieron mejor partir. No sé, pero yo me quedé con la duda de cuáles serían las noticias y consejos de aquellos que, los viejos de la tribu, contarían. Los años, las vivencias, la experiencia de ellos acumulan sabiduría y de allí que los dichos de esos hombres siempre le sirven a uno para saber cuál es la razón de estar aquí, tratando de comprender lo intrincado de la vida diaria. Los intríngulis del existir, con esos consejos, tienden a desvelarse; no del todo, pero uno logra, con lo que escucha, saber que el rojo de la tierra es colorado (la Tierra Colorada de Guerrero) o tibia el agua del mar de Careyes.
En fin, a lo mejor el año próximo (si aún estoy por acá) me toca convivir con ellos.
Pero, mientras, aquí sigo, obstinado en escribir de todo un poco, aunque hoy la decisión está tomada. Lo he estado meditando. Le he estado dando vueltas al asunto y creo que llegó ya el momento de, en definitiva, suspender, luego de más de cincuenta años (58, si la memoria no falla), mis escritos periodísticos. Debo, el tiempo que me quede de vida, dedicarlo a tratar de finiquitar los proyectos escriturales que están pendientes y regados por allí: ensayos, novelas, cuentos. Debo hacerlo (intentar hacerlo), pues creo que ya no es mucho el tiempo que me queda por delante y más vale que parte de esos proyectos se culmine para deberle lo menos posible, así, a la escritura, que gran parte de mi vida me ha acompañado (desde que tenía quince años más o menos) y ha sido, siempre, una parte fundamental de mi existencia.
Si no interminable, sí muy larga sería la lista de publicaciones (desde Política, La Voz de México, El Dia) para las que me ha tocado escribir, hasta llegar aquí (Almomentonoticias). A todas debo dar aquí las gracias por abrirme sus páginas para expresar allí mis puntos de vista con absoluta libertad; eso, siempre, fue un estímulo para persistir en la escritura periodística. Aunque, desde luego, muchas cosas me quedaron pendientes de escribir aquí, en el periodismo. Espero que otros lo hagan por mí. Pero ni modo, todo llega a su fin y eso es hoy lo que debo admitir: los años no pasan en balde y debo ahora, pues, ponerle alto a esto y ver, de lo otro, de los otros proyectos, qué tanto puedo avanzar. La escritura, creo, siempre me va a acompañar.
Gracias por su acompañamiento en este medio. Con entusiasmo.
*Profesor jubilado de la UPN/Ensenada
gomeboka*yahoo.com.mx