CIUDAD DE MÉXICO.— En el marco de la conmemoración de los 500 años de la Resistencia Indígena, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reveló que encontraron indicios de la resistencia cultural indígena tras la Conquista, en la periferia de la Zona Arqueológica de Tlatelolco.
⇒ Se trata de los restos de un complejo doméstico y de un taller de lítica, descubiertos en un predio de Paseo de la Reforma, frente al Tecpan de Cuauhtémoc, a escasos metros del antiguo Colegio de la Santa Cruz de Santiago Tlatelolco.
A través de un comunicado, el INAH precisó que estos hallazgos “confirman que a los pocos años de consumada la Conquista de los mexicas en Tlatelolco, grupos indígenas sobrevivientes regresaron a sus antiguos asentamientos para continuar con sus ceremonias y rituales religiosos, como una suerte de resistencia cultural“.
Los vestigios, que datan del periodo Posclásico Tardío (1200 – 1521 d.C.) al Colonial Temprano (1521-1650 d.C.), permanecieron por siglos bajo las calles de la bulliciosa colonia Morelos —en los límites con Tepito—, en el lugar que ocupó el barrio de Santa Lucía Tecpocticaltitlan o Telpochcaltitlan (“lugar de paredes o casas sin techo” o “lugar donde está telpochcalli”).
En la periferia de la Zona Arqueológica de Tlatelolco, arqueólogos del INAH hallaron 36 entierros, más de 200 figurillas femeninas, entre otros objetos que dan indicios de la resistencia cultural indígena tras la Conquista. Entérate en #PrensaINAH: https://t.co/VgaudlNT02 pic.twitter.com/bIR2I0ke7f
— INAH (@INAHmx) September 2, 2021
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El proyecto de salvamento arqueológico lo llevó a cabo un equipo de arqueólogos de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA), dirigido por José Antonio López Palacios, quienes identificaron dos áreas: al sur un complejo doméstico con un sector ritual, cuya arquitectura permitió inferir la reocupación de los espacios en una época de 1525 a 1547, en donde se halló un pequeño almacén con ollas globulares y restos orgánicos que pertenecen a la época colonial.
⇒ Al pie de una plataforma arquitectónica hecha con lajas de piedra, al exterior de una serie de muros construidos con tezontle, basalto y algunos adobes, se hallaron dos esculturas antropomorfas, de 40 y 35 centímetros de alto, aún con restos de policromía.
José Antonio López indicó que las figuras representan a dos personajes sentados; una de ellas fue elaborada en basalto y conserva restos de pigmento azul en la parte del cabello y algo de negro y azul en las mejillas; la otra fue tallada en tezontle y tiene sedimentos de pigmento rojo y negro bajo los ojos, así como algunos en blanco que podría ser estuco.
El arqueólogo manifestó que ha sido muy difícil interpretar las esculturas: “Cuando estaban ‘vivas’, en el momento prehispánico, posiblemente fueron sepultadas en ese lugar con una advocación, pero con la llegada de los españoles y al no poder los indígenas recuperar sus antiguas deidades, es posible que cambiaran su sentido, como una forma de resistencia cultural”, expuso.
Asimismo, los arqueólogos localizaron un campo de cultivo que consideran data de la época prehispánica por los materiales asociados, así como una serie de canales navegables también de la época prehispánica, pero que continuaron en funcionamiento hasta la etapa colonial, por la asociación a materiales de la fase Azteca II, hasta objetos de metal y de manufactura europea.
En tanto, al norte del terreno registraron una segunda área que, por sus dimensiones y la cantidad de material hallado, presumen se trate de un taller prehispánico con posible uso en la época colonial. En este sector se recuperó gran cantidad de obsidiana gris veteada, dorada y verde, asociada principalmente a núcleos de dos tipos: prismáticos y bifaciales.
En todo el predio se localizaron un total de 36 entierros de niños y adultos. De ellos, 30 estaban ubicados en el área sur, seis dentro de ollas globulares de manufactura indígena utilizadas como urnas funerarias: dos son prehispánicos y cuatro coloniales, éstos últimos identificados por los materiales asociados como cerámica vidriada y algunas mayólicas.
El arqueólogo José Antonio López aseguró que los materiales arqueológicos descubiertos indican una persistencia religiosa, oculta, de estos grupos indígenas durante la evangelización, a pesar de que los franciscanos estaban muy cerca de ahí.
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AM.MX/dsc