sábado, abril 20, 2024

Falsos ecologistas se suben al Tren Maya

Adrián García Aguirre / Zamora Pico de Oro, Chiapas

* La visión empresarial de Gerardo Ceballos González.
* Negocios de un académico “pragmático” e “incongruente”.
* Los pasos de fauna han sido producto de su iniciativa.
* Usan de desinformación y las “consultas express”.
* Juan Carlos Faller, crítico del proyecto ferroviario.

Gerardo Ceballos González es considerado un “pragmático”, “incongruente” por su cercanía con Rogelio Jiménez Pons, uno de los grandes consentidos del gobierno federal que, desde el comienzo de su Tren Maya, ha seguido un camino sinuoso y falaz.
Es decir, que opera un plan faraónico falto de información basado en el uso de “consultas express”, entre juicios de amparo y una petición inicial ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la posible afectación de cenotes, mantos acuíferos y sitios arquelógicos.
Verdaderos científicos como Juan Carlos Faller, integrante asesor del Grupo de Expertos en Conservación y Manejo de Felinos Silvestres de México, se muestran críticos con el proyecto.
“Lo trágico del tren –explica- es que estamos ante una fragmentación del hábitat a escala continental, en el corazón de la selva de América más importante al norte de la cuenca amazónica”.
“Que yo sepa –añade- ninguna de las teorías y modelos científicos que existen sobre pasos de fauna son para una escala así, y tampoco se hizo el esfuerzo para hacerlo en el caso del tren del gobierno actual, lo cual quedó evidenciado en la Manifestación de Impacto Ambiental”, dice Faller, quien rompió con Ceballos por diferencias profesionales.
Juan Carlos Cantú, director de Defenders of Wildlife en México, dice: “Cuando se crean accesos nuevos siempre se incrementa el tráfico de especies y en ninguna parte del proyecto se está previendo evitar esto Lo único que tienen que hacer los traficantes es estar en los pasos de fauna, porque por ahí van a pasar los animales”.
Para él, el Tren Maya supondrá un “embudo” que detonará la cacería del jaguar y otras especies, del mismo modo que ocurrió en el caso de la carretera Maxus de Ecuador, que cruza la Amazonia.
Gerardo Ceballos parece no preocuparse demasiado por las polémicas y, con desenfado, ha dicho que está acostumbrado a ellas: “Estoy más allá del bien o del mal. A mí lo que me importa es salvar especies en extinción; y si dicen que me compró el gobierno a mí no me importa, y que los pasos de fauna se hagan”.
Asegura que estos pasos salvarán a especies como el jaguar del impacto de miles de vehículos que los atropellan cada año, que generarán presencia para proteger al jaguar.
No tiene “la menor duda de que Rogelio Jiménez Pons cumplirá con su palabra” y los convenios firmados, y también confirma que hay un sector que está preocupado por los riesgos del Tren Maya, aunque la mayoría de ese grupo no conoce del tema.
Podría parecer que el Tren Maya traerá vigilancia en zonas recónditas donde se cometen ilegalidades, pero a los brigadistas les preocupa que en todo caso será más fácil que arriben invasores o personas con otros fines ilícitos.
Para Daniel Saturnino Moreno Guzmán y sus compañeros, resguardar estas miles de hectáreas es demasiado: se enfrentan a invasores de terrenos, talamontes, cazadores ilegales, e incluso, aunque no lo mencionan, se ha mencionado la presencia de pistas de aterrizaje clandestinas del crimen organizado.
Así pues, a medida que avanzan los megaproyectos de esta administración, también disminuye el presupuesto para la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas —de 2020 a 2021 disminuyó 75 %—, lo que repercute en la vigilancia y en la vida diaria de los cuidadores de la selva.

Artículos relacionados