domingo, diciembre 1, 2024

“Deshilache cultural: apreciación-apropiación”

Por Luis Erik Aviña Durán

CIUDAD DE MÉXICO, 3 de junio (AlmomentoMX).- ¿Apreciación o apropiación? Se extiende una gran polémica a raíz de esta interrogante, que en la actualidad ha sido causante de debates e inconformidades. Cabe destacar que existe una muy amplia diferencia entre estos dos términos, y que de alguna manera mantienen una relación estrecha, por lo que es necesario aclarar qué se entiende por apreciación y apropiación según la Real Academia Española (RAE).

Para esta institución la definición más sencilla de apropiación es “hacer algo propio de alguien, tomar para sí alguna cosa haciéndose dueña de ella”. Apreciación se define como “la acción y el efecto de apreciar” (poner precio a las cosas), “percibir a través de los sentidos” y “aumentar el precio relativo de un bien”.

¿Un grupo externo puede hacer propio algo ya perteneciente a una cultura? Es importante indagar si las artesanías son apreciadas, comprendiéndolo desde el valor que se les suele dar, ya sea monetario, simbólico, emocional, etcétera.

México al ser un país pluricultural cuenta con grandes riquezas sobre todo en lo comercial, no obstante, esta cultura del comercio se remonta incluso antes de la conquista española, ya que al ser un pueblo religioso, impregnaba todo tipo de manifestaciones artísticas y simbólicas.

Todavía en la actualidad es evidente el dominio de un grupo selecto sobre las masas, domina de una forma pasiva a través de la publicidad; este tipo de dominio  viene inmerso también con la llegada del capitalismo y el consumismo, ya que se abre una necesidad de innovar y diseñar constantemente estrategias para generar más capital a las empresas, con lo cual, ellas se las ingenian para sacar beneficio de ciertas culturas, con mero fin económico.

El uso de componentes de culturas ancestrales ha generado una mala interpretación de éstos, debido a la mercantilización masiva por parte de las industrias, que asientan sus bases actuales de producción con el supuesto objetivo de que todo tipo de público pueda tener acceso a la gran diversidad cultural existente a nivel mundial.

 

Artesanías

Cuando se menciona la palabra artesanía es muy probable que cada quien tenga una idea elaborada sobre lo que significa.

Por eso mismo, para romper con esa idea que, en algunos casos puede ser errónea la RAE dice que las artesanías son objetos artísticos de significación cultural, los cuales consisten en el trabajo manual con materias primas, generalmente de la región o localidad que habita el artesano, usando métodos y técnicas que son patrimonio inmaterial de su comunidad cultural específica.

La artesanía a su vez se encuentra dividida en tres, la artesanía indígena, la tradicional y contemporánea.

En el trabajo o producción artesanal, suelen utilizarse herramientas o instrumentos rudimentarios, y rara vez se emplean maquinarias o procesos automatizados, a pesar de esto, en ocasiones sí son empleados algunos procesos de función mecánica que permiten agilizar ciertas tareas.

Cada pieza que se realizada por un artesano es distinta a las demás, este proceso caracteriza la versatilidad de sus productos, pero al mismo tiempo son muy pocas piezas.

Algunos de los artesanos entrevistados aseguran que las características con las que debe contar una artesanía son; ser originales en el diseño, no deben de ser repetitivas, siempre en su construcción se parten de materias primas y por último, cada pieza debe de tener utilidad, de acuerdo con el fin con que fue creada.

Son muchos los oficios artesanales que siguen desarrollándose en México; entre ellos hay algunos que tienen una tradición prehispánica, existen demasiados mercados, uno de los más emblemáticos es el Mercado de Artesanías “La Ciudadela”, en donde se pueden encontrar trabajos que van desde la alfarería, carpintería, pirotecnia, jarcería, platería, cerámica, cestería, tallado, bordado, tejido, vidriería, herrería, hojalatería, pintura y orfebrería.

 

Una de las formas de producción que más resaltan aquí, es la familiar.

 

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por su siglas en inglés) la importancia trascendental de la producción artesanal radica, además de los productos en sí mismos, en las competencias y los conocimientos que son imprescindibles para que no desaparezca este tipo de producción y con ello la cultura de un país, esto frente a la creciente globalización, así mismo contribuye al diálogo entre culturas y promueve el respeto hacia otros modos de vida.

 

Producción artesanal en México

De acuerdo con La Encuesta Nacional de Consumo Cultural de México (ENCCUM) que se aplicó a 14 mil 420 viviendas en localidades de 15 mil y más habitantes; el número de personas de 12 y más años de edad que respondieron haber elaborado una artesanía fue de 11, 781,856.

Con la intención de definir criterios que permitan aproximarse más a la identificación de la producción de artesanías, y con el conocimiento que FONART tiene del sector por rama artesanal se determinó utilizar como criterio la identificación por entidad federativa y por materiales utilizados en la producción artesanal, este ejercicio permitió una depuración de cerca de un millón de personas que habían sido registradas como artesanos.

El Banco Nacional de Comercio Exterior aclara que las artesanías mexicanas se encuentran contempladas dentro del sector regalos y decoración, y está dirigida a un sector de mercado extranjero, en su mayoría miembros de la Unión Europea, Canadá y Estados Unidos. Otros sectores enfocados en el mercado son: textil y confección, muebles y floricultura.

 

Indumentaria indígena en el mercado

La indumentaria indígena de México es bastante conocida, tanto nacional como internacionalmente,  existen varios tipos de indumentaria indígena en México, estas son diferentes unas de otras y tienen un significado distinto por los tipos de pensamientos, costumbres y creencias que tenga cada comunidad, para algunos las vestimentas tradicionales cuentan su historia como pueblos indígenas, y en las denuncias sobre la apropiación de la indumentaria siempre alegan que es importante que se difunda también el significado detrás de la pieza. Como ejemplo de los tipos de indumentaria se mencionan los más populares que son: el huipil, el quechquémitl, el rebozo, sombreros y ropa de charro.

La vestimenta típica mexicana se hizo popular en un periodo de tiempo demasiado  corto, si se busca la venta de ellas, es realmente fácil y muy accesible encontrarlas, un ejemplo es buscar en páginas de venta por internet como mercado libre la vestimenta típica mexicana, y esta es bastante fácil de conseguir o encontrar, aun así en este tipo de empresas se sigue tomando en cuenta el trabajo del artesano y al no ser masivas se especifica que fueron hechas a mano como es lo normal, pero cuando la venta se mueve de sector y nos enfocamos en marcas reconocidas como: Zara, Mango, Shasa y Bershka, se usan las características de la indumentaria mexicana y se masifican, sin dar crédito o sin reconocer el significado que tiene para ciertas culturas, esto se da no sólo por el empoderamiento que tienen estas marcas, sino también por la falta de información que sufren los artesanos acerca de las patentes.

Al entrar las marcas al mercado utilizando la artesanía mexicana, toman ventaja, pues tienen máquinas que hacen todo el trabajo y pueden elaborar 10 veces más rápido el producto, a diferencia de los artesanos, por lo cual pueden poner el tipo de precio que crean mejor, sin importarles el valor, algunas marcas conocen el poder que su nombre representa y lo venden a precios muy elevados.

E incluso y más alarmante, que no se toman la molestia de nombrar a las comunidades, sino que se venden como simples estampados nuevos. Dentro de este contexto se tienen varios casos registrados.

Mango plagia los bordados Tenango, San Nicolás.

San Nicolás es un pequeño poblado que pertenece al municipio de Tenango de Doria, una localidad Otomí-Tepehua. En octubre de 2017, círculo en las redes una foto de un suéter gris con el tradicional bordado  de Tenango. La denuncia fue escuchada y la marca retiró todas las piezas de sus tiendas, aunque nunca aceptaron como tal el plagio, sino que dijeron que fue una fuente de inspiración.

Imagen tomada de Plumas atomicas.com

Intropia plagia el huipil de San Juan Bautista Tlacoatzintepec, Oaxaca.

En febrero de 2017 Proceso realizó una nota en donde la comunidad Chinanteca denunciaba a Intropia por el plagio de su blusa y huipil tradicional. La comunidad solicitó apoyo a autoridades gubernamentales para proteger su patrimonio cultural. La blusa vendida por Intropia tenía un costo de 198 euros, mientras que las artesanas se ven en la necesidad de venderlos por 300 o 400 pesos.

 

Información y foto sacada de Proceso

 

El efecto “apreciación-apropiación”, se ha ido deformando debido al entorno tan cambiante que nos toca presenciar, lo cual hace que nos adaptemos a un nuevo entorno social que, muchas veces no nos permite ser completamente parte del proceso de producción, por lo que al momento de que el producto se nos presenta, nos es inconcebible el significado y las interacciones implícitas en él.

Consecuentemente, muchas veces preferimos o creemos que hay más valor en comprar una playera de marca mundialmente reconocida, que en una blusa de manta bordada a mano. Esta preferencia es calificable como malinchista, y creemos que su carácter negativo se debe a que tendemos a dar por sentado que lo ajeno, lo producido industrialmente, es mejor a la producción local y primitiva.

Se puede concluir también que el entorno espacial y temporal en que vivimos es uno construido y por lo tanto, modificable. Sin embargo, este entorno en el que nos formamos nos aliena del mismo porque se nos impone y parece natural, por esa razón, creemos que sólo es posible comprender realmente una situación hasta que se sale de ella y se toman perspectivas diferentes.

Por otro lado, desde la postura del artesano hay una mayor comprensión y apreciación de los productos culturales mexicanos por parte del extranjero.

También se notó una inclinación muy defensiva por parte de los artesanos, y poca disposición para entablar un diálogo, e incluso la negación absoluta a documentar sus creaciones, lo que hace preguntase los motivos de esta postura, y su carencia de interés por la inmersión y participación social, uno de los motivos principales podría ser un resentimiento al aprovechamiento que han visto por parte de algunas marcas y también de los consumidores.

AM.MX/f

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