RUSIA.- Un importante derrame de más de 21.000 toneladas de diésel ha tenido lugar en la región del Ártico ruso causando importantes daños medioambientales.
Las autoridades rusas han decretado el estado de emergencia federal tras la catástrofe ecológica el pasado viernes en una central termoeléctrica de Norilsk, en el Círculo Polar ártico.
Este régimen de emergencia permite implicar fuerzas y recursos de los órganos federales, además de dar la posibilidad de solicitar ayuda del fondo de reserva del Gobierno de Rusia.
Durante una videoconferencia dedicada parcialmente a la catástrofe, Putin habló con el ministro de Situaciones de Emergencia y el jefe de Norilsk Nickel, que fue reprendido por el presidente.
“Si ustedes hubieran cambiado a tiempo el depósito derrumbado no se habría producido ningún daño”, le reprochó Putin. Por lo que, ordenó un “profundo análisis de instalaciones similares en todo el país”.
También exigió que se “haga todo lo posible para restaurar el medio ambiente y la diversidad” en la zona contaminada.
Las maniobras de limpieza ya han comenzado, pero la meteorología no ha permitido que estas se lleven a cabo de la mejor manera. El carburante ha alcanzado los ríos Ambárnaya y Daldikán, que ya estaban muy contaminados por otros vertidos anteriores de la industria del níquel. Ahora el agua de estos dos ríos tienen el agua pintada de color púrpura.
Según Green Peace podría compararse con la catastrofe ecológica que se produjo en Alaska en 1989 cuando el petrolero Exxon Valdez encalló con un arrecife y derramó miles de toneladas de petróleo al mar.
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AMX/KMJ