CIUDAD DE MÉXICO.— Los menores con sobrepeso y obesidad se enfrentan a muchos retos fuera de la presión para adelgazar, pues pueden ser objeto de burlas, muchas veces despiadadas, y padecer exclusión y discriminación debido a su peso corporal.
México se ubica entre los primeros lugares en obesidad infantil a nivel mundial, problema que se presenta en mayor medida en los estados del norte y en comunidades urbanas, de acuerdo al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Asimismo, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 (Ensanut), consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), en el marco del Día del niño, destaca que la prevalencia nacional de sobrepeso de niñas y niños de 5 a 11 años fue de 18.8%, en tanto que la de obesidad fue de 18.6%.
Y, de no tomar medidas, según el World Obesity Atlas, se proyecta que en 2030, la obesidad afectará a más de 100 millones de infantes de 5 a 9 años y a más de 150 millones de adolescentes de 10 a 19 años en todo el mundo. Esto representa casi a 1 de cada 8 (12.91%) de todos los menores a nivel mundial.
Los factores de riesgo que determinan la obesidad infantil pueden ser una combinación compleja de genética; socioeconómicos; metabólicos, y elecciones de estilo de vida, entre otros, subraya un artículo del sistema de atención médica Stanford Medicine Children’s Health, que además agrega que algunos trastornos endocrinos, enfermedades y medicamentos pueden influir en el peso del menor.
Los efectos de la obesidad sobre la salud pueden ser, entre otros, presión arterial elevada y alto nivel de colesterol; diabetes; problemas en las articulaciones, respiratorios y apnea del sueño. Además, están los problemas psicosociales. Los niños con esta condición pueden tener baja autoestima y, en consecuencia, afectaciones en su vida social y su salud emocional.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que el sobrepeso y la obesidad, así como las enfermedades no transmisibles vinculadas, pueden prevenirse en su mayoría. Y para ello, asegura, son fundamentales las comunidades favorables que permitan influir en las elecciones de las y los menores.
De modo que la opción más sencilla (la más accesible, disponible y asequible) sea la más saludable en materia de alimentos, recomienda el organismo internacional, así como limitar las grasas, las comidas ultraprocesadas y consumo de azúcares; aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos; evitar el sedentarismo y fomentar la actividad física.
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AM.MX/dsc