viernes, abril 19, 2024

LIBROS DE AYER Y HOY: Voto simple ante el barroquismo del INE

Teresa Gil

laislaquebrillaba@yahoo.com.mx

 

Simplicidad en el voto y alerta a que se utilice la violencia para cancelar elecciones, son las dos urgencias que se están expresando en este momento. El órgano electoral niega que esto último pueda suceder. Pero se le exige recalcar el llamado a simplificar el voto. Cuando la sangre de muchos candidatos riega al país, el  consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) Lorenzo Córdova ha pedido “no votar barroco” mientras atrás de él se levantan los más absurdos barroquismos y neobarroquismos con  toda la parafernalia y tragedia que hicieron del proceso electoral 2017-2018 una etapa sobrecargada, peligrosa, llena de excesos. En tanto el alerta se hace  más urgente después de los últimos asesinatos de competidores a un puesto de elección popular, la presión sobre el INE para simplificar elecciones se hace más fuerte. Hay que recordar que recientemente salió  con parsimonias y advertencias, como si no hubieran bastado casi 10 meses para convulsionar nuestras vidas. El barroquismo que el mismo INE creó en sobrecarga en gastos, en decisiones torpes -Márgara y el Bronco registrados- pleitos con el TRIFE, omisión ante las sucias campañas difamatorias, son solo unos ejemplos. Ese  barroquismo que ahora trata de eludir Córdova, se expresó en la multiplicidad de cuestiones que abruman al votante, seis boletas, en la capital del país y en otros estados, 22 posturas para considerar válido un  voto y 18 para considerarlo nulo; tener a la mano un manual para saber como votar, como no rebasar la línea de la boleta y utilizar signos válidos y con eso, dar pie a que  algunos introduzcan por ahí un  violín, un dedito parado o cruzado entre dos, de albureros que le quieran decir al INE lo que piensan de él. Si invocamos a Ripley, después de casi diez meses, el señor Córdova dijo que el tiempo no alcanzará para la suficiente instrucción a los funcionarios y representantes de casilla, que es fundamental para vigilar la elección. Ahora, ante las presiones niega que la violencia pueda influir en los comicios y promete una elección  limpia. A las pruebas hay que remitirse y permanecer alertas.

 

EL BARROCO QUE CREÓ GENIOS

Los excesos y recargos que se han dado por todas partes, dentro y fuera del control del supuesto regidor de los comicios, permiten pensar en aquellas corrientes abrumadoras del arte que todavía respiran en edificios, expresiones literarias, música y desde luego en el recargo personal de muchos. Los ejemplos los podemos poner en los candidatos oficiales adornados y exacerbados con  propuestas que podían ser buenas si no los conociéramos. Henchidos de esa sobrecarga, infinidad de genios han dejado sus obras cuajadas de excesos, pero la posteridad los ha rescatado, como lo hace con la arquitectura extraordinaria que se expresa sobre todo en templos y palacios. La lista de escritores que se solazaron en  la hipérbole, la parodia, en el artificio, para escribir sus historias, se extiende desde Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Tirso de Molina, Calderón de la Barca  entre muchos y aquí se destacan de aquella pléyade  de los siglos de oro a Sor Juana y a Juan Ruiz de Alarcón. Hay quienes buscan rastrear esa corriente en obras modernas de Bataille, Salvador Elizondo y Carlos Fuentes, entre algunos. Un autor que es mencionado siempre que se aborda tanto el barroco como su extensión moderna el neobarroquismo, es el cubano Severo Sarduy, fallecido en 1993. Su conocida obra Ensayos generales sobre el barroco (Fondo de Cultura Económica 1987) incluye los cuatro libros que escribió. Pocos  escritores han despreciado alguna mención del tema y es el caso de Carpentier y Cabrera Infante en torno al libro de Sarduy, pero la referencia de otros se centra en cuentos, poemas, ensayos; corriente, género abundante, complejo  y expresivo que ahora Córdova llama a no utilizar en el voto. Y en eso es en lo único en lo que le damos la razón. “Voten sencillo”, ya dijo y ahora debe de recalcarlo y el votante…  ¡hacerlo!

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