Luis Alberto García / Moscú
*Ken Bensinger, su autor, ignoraba todo sobre el futbol.
*Inició la historia como investigación de un fraude fiscal.
*Denuncias documentadas respecto a lavado de dinero y sobornos.
*Joseph Blatter, Jack Warner y Chuck Blazer, entre los implicados.
*Millones para crear nuevos y redituables torneos internacionales.
Es un libro-reportaje fascinante y sin ficción, basado en una amplísima documentación contenida en 482 páginas, en el que Ken Bensinger revela cómo se fue construyendo el imperio de la Federación Internacional de Futbol (FIFA) y cómo, entre traiciones, bajezas, excesos ambición y avaricia, se gestó un escándalo sin paralelo en los tiempos modernos.
Bensinger –originario de Seattle, “arriba y a la derecha del territorio continental de Estados Unidos”- ignoraba todo sobre el futbol soccer, aficionado más bien al basquetbol, el beisbol y el futbol americano, hasta que decidió vivir en México y conocer la historia de los Pumas, el equipo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Luego se casó con una argentina seguidora del Unión de Fe, reafirmando así su gusto por el deporte que siguen millones de terrícolas, especialmente durante los torneos que, cada cuatro años, activa la FIFA con ganancias descomunales, comercializando al futbol a extremos que han derivado en delincuencia.
El periodista de “Buzz Feed News”, con antecedentes laborales en las páginas de economía y finanzas de “The Wall Street Journal” y “Los Ángeles Times”, tomó una historia que se daba por conocida; pero fue profundizando en ella, detallándola para presentar una obra con matices de guión fílmico policiaco.
Lo tituló “Tarjeta Roja: el fraude más grande en la historia del deporte” (Editorial Planeta, México, 2018), demostrando que había tal impunidad en la FIFA que nadie se metía con sus altos ejecutivos, entre ellos Jack Warner, Chuck Blazer y Joseph Blatter, hasta que llegó el 27 de mayo de 2015.
Bensinger narra que, antes de inaugurarse la Copa FIFA / Brasil 2014, escribió una historia sobre Blazer, ex presidente de la Federación de Futbol de Estados Unidos, pareciéndole extraño que nadie hubiese hecho un trabajo profundo sobre él, sobre su vida, sus obras y su corrupción.
La nota -publicada en “Los Ángeles Times”- fue larga, dada a conocer justo antes de que diera inicio la Copa del Mundo de 2014, y sorprendentemente llamó la atención en el ámbito futbolístico, un año antes de que, en ese 27 de mayo de 2015, ocurrieran los arrestos en Zurich, Suiza, donde la policía del país europeo detuvo a los directivos de FIFA a petición de la fiscal de Estados Unidos, Loretta Lynch.
Días después salió a la luz que el colaborador principal para integrar el caso fue nada menos que Chuck Blazer, excéntrico millonario estadounidense fallecido en 2016, quien inició su incursión en el futbol antes de la Copa del Mundo de 1994.
“Y de pronto todos los ojos del mundo me miraban a mí”, aseguró Ken, pues le decían que él era el mayor experto y conocedor de la vida de Chuck Blazer, y recuerda que se acercaron a él para entrevistarlo sobre el ex secretario general de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe (Concacaf).
Hubo quien quiso hacer una película, la cual aparentemente sería dirigida por el dueto Ben Affleck-Matt Damon a través de Warner Bros; pero fue entonces que decidió hacer el libro, percatándose de que no sabía nada sobre la FIFA y menos sobre su corrupción: “Entonces me dediqué a escribirlo, entregando el manuscrito original cerca de ocho meses después.
Estima que tardó tanto debido a que fue complicado obtener la información y entender el tema, y una de las mayores dificultades fue el conseguir fuentes que quisieran hablar sobre la corrupción existente en las entrañas del futbol, sin que nadie quisiera contarle nada, hasta principios de 2017.
El libro describe con un lenguaje directo -lo cual no es nada sencillo, según Bensinger- los contratos fraudulentos y la aparición de cientos de cuentas bancarias en paraísos fiscales, narrando el papel de Blazer, quien, al ser descubierto, decide colaborar con las autoridades estadounidenses para disminuir su condena, a cambio de entregar información de sus cómplices.
El futbol es tan poderoso que no había nadie en el mundo que se atreviera a meterse con él, afirmó Bensinger en su momento, pues no había en la historia ni investigaciones ni juicios, lo cual generó impunidad, y el periodista asegura que, a pesar de los arrestos, ésta aún existe, sin dudar en denunciar que, para muestra, está la Copa FIFA / Rusia 2018.
“Se sabe que en el pasado Campeonato Mundial –añadió Ken Bensinger- los rusos pagaron sobornos para obtener la sede y a pesar de eso, todos vimos cada partido con ansiedad y gozando el deporte al máximo; pero es como la religión: queremos creer y no pensar que tal vez detrás hay algo turbio”.
Si Rusia llegó a cuartos de final –ejemplifica el reportero investigador-, hay que recordar que, durante la Copa del Mundo de Argentina, en 1978, el dictador Jorge Rafael Videla no fue a los vestidores de su selección, sino al de los rivales peruanos, y después de eso Perú perdió (6-0) lo que le facilitó el camino a la albiceleste para llegar a la final contra Holanda, el 25 de junio de ese año.
El texto describe detalladamente cómo se negocian las sedes para las Copas del Mundo, los derechos de televisión y cómo, a base de millones de dólares, se han creado los torneos más redituables e importantes del medio futbolístico, todo ello escrito como si fuera un drama que expone la investigación sobre lo que vino a conocerse como el “FIFA Gate”.
Destaca y detalla los fraudes de los directivos de la FIFA y cómo alardearon de su riqueza en yates privados, lujos restaurantes, hoteles suntuosos y uso de oficinas en los grandiosos rascacielos de Nueva York, incurriendo en inocultables delitos y desfalcos.
Así, basándose en una posible evasión fiscal, el FBI inició la búsqueda de cien millones de dólares por el supuesto pago de sobornos a dirigentes de la FIFA, respaldado por el Ministerio de Justicia de Suiza para la investigación —y como si se tratara de una película de acción—, los agentes interrumpieron en un hotel donde la FIFA elegía a su nuevo presidente, deteniendo a 41 personajes acusados de diferentes delitos.
Con una narrativa magistral, Ken Bensinger exhibe a quienes fueron imputados bajo los cargos de cohecho, fraude y lavado de dinero, así como partes del gran negocio alterno que esos directivos construyeron en nombre de un deporte cuyos sótanos tardarán mucho en acabar de ser aseados.