La curadora del museo, Brenda Caro, destacó la importancia de la obra de Guillermo Arreola, caracterizada por un cruce entre literatura y arte. "Su obra es de una fuerte carga expresiva, tanto a nivel temático como conceptual y matérico", afirmó Caro.
Arreola nos enfrenta a escenas fragmentadas, llenas de personajes ingrávidos que forman parte de un mundo alucinante en el que explora los límites entre la abstracción y lo figurativo. Su obra invita a tener una experiencia poética.
La instalación ofrece una experiencia escultórica distinta, donde la interacción, la reflexión y el juego son fundamentales. Cada liana tiene una construcción única y se encuentra dispuesta de manera diferente en el espacio, lo que ofrece una variedad de sonidos y sensaciones al público.