martes, abril 23, 2024

SIN LÍNEA: Abrazos, no balazos; deprimente acto de sumisión

José SÁNCHEZ LÓPEZ

El domingo 26 de mayo, el Ejército Mexicano sufrió uno de los mayores agravios en toda su historia.

En el poblado de Zicuirán, municipio de La Huacana, Michoacán, una decena de soldados fueron sometidos, desarmados, golpeados y humillados por un grupo de “guardias comunitarios”.

La vejación fue tal, que llegaron a ordenarle al elemento que llevaba el radio-transmisor que se comunicara con el mando y cuando se disponía a hablar, le fue arrebatado el radio y, tuteando el interlocutor, uno de los sujetos le exigió que les devolvieran las armas que les habían asegurado horas antes luego de dos enfrentamientos.

Y así sucedió.

La caterva de maleantes hizo que les regresaran varias armas largas, entre ellas un fusil Barret, de alta potencia, con un alcance efectivo de 2 mil metros, utiizado para derribar helicópteros.

Tras los hechos, el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, felicitó y reconoció a los soldados por su temple para soportar lo acontecido y no generar un hecho que hubiera causado mayores desgracias.

El secretario de la Defensa, general LUIS CRESCENCIO SANDOVAL GONZÁLEZ, dijo que para evitar dañar a la población civil y preservar la vida de los soldados, se optó por la devolución de las armas.

Nueve días después, quedaría plenamente demostrado que no se trató de guardias comunitarios, ni de campesinos, menos de gente del pueblo.

No, simplemente de miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación, una de las organizaciones criminales más sanguinaria y poderosa que mantienen sometida a la entidad.

Uno de los delincuentes, plenamente identificado, como GAUDENCIO LOZANO BARRIGA, “El Gaudi”, jefe de sicarios del CJNG, “a nombre del pueblo”, exigió por teléfono al comandante de la XXI Zona Militar, general de Brigada, GERARDO MÉRIDA SÁNCHEZ, le devolvieran las armas a cambio de los soldados.

También fueron identificados como integrantes del CJNG, BULMARO ARZATE FIERRO, “El Bulma”; Maricruz Ramírez, “La Mary” y su hija “La Deyse”; todos ellos ligados a MIGUEL ÁNGEL GALLEGOS GODOY, “El Migueladas”, principal operador del CJNG en el territorio.

Sin duda que fue una sabia decisión, elemental para preservar la vida de los militares y, sobre todo, para no originar una tragedia entre la población civil, ya que debe suponerse que no todo el pueblo está al servicio del cártel, sino sometido y, lo peor, desprotegido.

Resulta más que justificado felicitar a los militares que aguantaron a pie firme toda clase de humillaciones, pero a la par habría que censurar la postura actual, pusilánime, de los gobiernos federal y estatal que a más de una semana no ha hecho nada, ABSOLUTAMENTE NADA, para detener y castigar a los facinerosos.

Y ello, desafortunadamente conlleva un mensaje no escrito para los demás criminales que, ensorbecidos por la insultante impunidad con la que los han dejado conducirse, supondrán que ese tipo de situaciones pueden repetirse.

En los Estados Unidos, una de las principales premisas del gobierno para combatir a la delincuencia, es que la respuesta de un agravio hacia las autoridades, debe ser más enérgica y ejemplar que el hecho delictivo en sí.

Cuando algún delincuente se atreve a agredir al policía más modesto de cualquier condado, toda la fuerza del estado se vuelca para detener y castigar al insolente.

Aquí, hablamos de diálogo, perdón, amnistía, abrazos y no balazos, que podríann dar resultados con el pueblo sabio y bueno, pero no con entes cuya existencia ofrendaron al crimen.

Ojalá que no tengamos otro hecho que lamentar, ante la tibieza camuflada de prudencia, de quien tiene la obligación de garantizar seguridad y bienestar al pueblo y no a criminales***CUANDO LA TOLERANCIA Y LA PRUDENCIA LLEGAN A SU LÍMITE, CAMBIAN DE NOMBRE.***AU REVOIR.

joebotlle@gmail.com

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