CIUDAD DE MÉXICO.- En conmemoración del aniversario luctuoso de Saturnino Herrán, SURA Asset Management México realiza un homenaje póstumo al artista que, en sólo 14 años dejó un invaluable legado y aportación al arte.
Saturnino Herrán nace el 9 de julio de 1887. Inicia sus primeros estudios en el Colegio de San Francisco Javier, en Aguascalientes. A los diez años denota una gran disposición para el dibujo, dirigido primero por su maestro José Inés Tovilla y después por el profesor Severo Amador.
Ingresa al Instituto Científico y Literario de Aguascalientes para estudiar la preparatoria, en donde tiene como condiscípulos a Ramón López Velarde, Enrique Fernández Ledesma, Jesús Contreras, entre otros; quienes se reunían para hablar sobre pintura, música y literatura.
Después de la muerte de su padre, en 1901, Saturnino se traslada a la Ciudad de México junto con su madre. En 1904, ingresa a la Academia de Bellas Artes y se convierte en el discípulo predilecto del maestro Antonio Fabrés, quien fue el último maestro europeo que contrata el gobierno para venir a la Academia.
Un año después participa en la primera exposición escolar junto con Diego Rivera, Ángel Zarraga, Roberto Montenegro y el Dr. Atl, quienes eran sus compañeros de estudio. Obtuvo diversos premios y menciones honoríficas en sus clases de dibujo, colorido y composición, que hablan de la estricta disciplina con la que se formó.
Al salir Fabrés de México, Saturnino Herrán toma clases con Germán Gedovius y Leandro Izaguirre. La obra “El trabajo” es una de sus primeras pinturas firmadas. Para 1910 rechaza una beca para estudiar en Europa y ocupa un puesto de dibujante en la Inspección de Monumentos Arqueológicos copiando los frescos que se descubrían en Teotihuacán. Poco tiempo después es nombrado profesor de dibujo en la Escuela Normal para maestros.
En 1913 realiza las obras “El gallero” y “El jarabe”, por las que obtiene su primera medalla de pintura. A los 27 años se casa con Rosario Arellano y realiza “Nuestros dioses”, obra que aplica al certamen de pintura de un friso decorativo en el Teatro Nacional al que convoca Alfredo Ramos Martínez, en ese entonces, director de la Academia.
En 1918 expone en el Ateneo Fuente de Saltillo su tríptico “La leyenda de los volcanes” y participa en un concurso convocado oficialmente para realizar el retrato de Simón Bolívar. El ocho de octubre del mismo año, fallece en la Ciudad de México a la edad de 31 años.
Aun cuando Saturnino vive la época porfiriana siempre se inclinó por el espíritu hispano y por el alma indígena, así como por la arquitectura nahua y la época virreinal. Para Consuelo Fernández, gerente de Actividades Culturales de SURA Asset Management México, “Saturnino Herrán es el artista del pueblo ya que fue el primero en su tiempo, que pinta lo mexicano. Herrán huyó de realizar la representación ideal que tenían en la Escuela de San Carlos elaborando los modelos europeos. Él amó verdaderamente su país y lo demuestra en sus obras donde el mundo de lo popular es un mundo de nobleza”.
AM.MX/fm