viernes, abril 19, 2024

“Rusia no inicia las guerras, las termina”

Rajak B. Kadjieff / Moscú

*En zar Vladimir Putin ha rediseñado el mundo.
*Sin embargo, no de la manera que él quería.
*Tanques sobre Ucrania por órdenes del Kremlin.
*Inflexión, paradigma y complacencia.
*De la Revolución francesa al fin de la Unión Soviética.

Ciudadanos ucranianos pasaban serenamente indiferentes frente a un cartel de Vladimir Putin que decía: “Rusia no inicia las guerras, las termina”, y tenía estampados un lugar y una fecha: “Simferopol, Crimea, 10 de marzo de 2022”, dos semanas antes de iniciarse la Operación Militar Especial puesta en marcha sobre Ucrania por órdenes del Kremlin.
Ese acto ha cambiado el mundo, y los dirigentes -en especial los occidentales-, concuerdan en que se están viviendo tiempos nuevos y peligrosos, denominándolos “la era posterior a la Guerra Fría”, que comenzó con la caída del muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.
“Es raro vivir un momento de gran trascendencia histórica y comprender en tiempo real lo que significa”, señala Paul Reimar, periodista berlinés de larga trayectoria, corresponsal y enviado a diferentes partes del mundo.
También, al finalizar aquel noviembre, alguien se paró en la plaza de San Wenceslao cubierta de nieve en Praga, la capital de lo que entonces era Checoslovaquia, y vio nacer un nuevo mundo, cuando algunos países de la Europa oriental se habían levantado desafiando sus dictaduras.
Antes, en la primera semana del mismo mes, el muro berlinés había sido derribado y una Europa dividida y esperanzada se volvía a unir en lo que aparentaba ser un milagro en el que nadie hubiera creído.
En Praga, el escritor, político y dramaturgo disidente Vaclav Havel se dirigió a medio millón de personas desde un balcón del segundo piso en un momento emocionante, vertiginoso.
En Kiev, capital de Ucrania, Borís Johnson, quien era entonces el primer ministro de Gran Bretaña, aseguraba en febrero de 2022 que Vladímir Putin lo amenazó con lanzar un misil en una conversación previa al conflicto, aunque el Kremlin lo negó.
Como millones de europeos, estadounidenses y canadienses, Johnson había visto girar el mundo, en uno de esos raros momentos en los que se sabe que éste se está rehaciendo, preguntándose cuántos momentos así había habido en la historia de Europa desde la Revolución francesa en 1789.
Hubo quien dijera que, probablemente dos siglos después, con la caída del muro de Berlín se contemplaba el fin de una era histórica más; pero ese mundo, nacido en tan dramáticos años acabó cuando Putin ordenó a las fuerzas rusas entrar en Ucrania la noche del 23 de febrero de 2022.
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, calificó este momento de “zeitenwende” -punto de inflexión-, mientras que la secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, dijo que era un “cambio de paradigma” en el que la “era de la complacencia”, dijo, había terminado.
Aquí vale la pena detenerse para ir a la mención cronológica de los momentos cruciales en la historia de la Europa contemporánea, que abre con la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789 con una monarquía derrocada y una república fundada:
1815: El Congreso de Viena redibuja el mapa de Europa, restablece el equilibrio del poder y marca el comienzo de décadas de paz tras la agitación de las guerras napoleónicas.
1848: Una ola de revoluciones liberales y democráticas sacude toda Europa.
1919: Tratado de Versalles. Nuevos Estados nacionales soberanos independientes reemplazan a los viejos imperios conservadores, caducos, rapaces y reaccionarios.
1945: Yalta: las grandes potencias acuerdan dividir Europa en “esferas de influencia” occidentales y soviéticas. Se alza la Cortina de Hierro al oriente del continente.
1989: Las llamadas “revoluciones democráticas” en la Europa del Este dominada por los soviéticos derriban la Cortina de Hierro, y la Unión Soviética colapsa dos años después, el 25 de diciembre de 1991, en lo que Putin llamó la “mayor catástrofe geopolítica del siglo XX”.
Víctor Cavanov, argentino descendiente de rusos con residencia en España y uno de los corresponsales de guerra más experimentados de Europa, caminó hace unos meses entre los +escombros en Járkiv y dijo sobre un bombardeo ruso: “Si estas tácticas no le son familiares, entonces no ha estado prestando atención”.
“¡Salta al cráter si hay más bombardeos!”, advirtieron unos vecinos al corresponsal en el frente de batalla; pero en la última línea de defensa de esa población el periodista debería saberlo, porque él pasó suficiente tiempo bajo los cohetes rusos en Siria como para prestar atención.
Sin embargo. los gobiernos del mundo que se autonombra democrático, ¿cuánta atención han estado prestando a la naturaleza del régimen unipersonal y autócrata de Putin?
“Las evidencias se han ido acumulando durante años”, clama Cavanov, y añade que han pasado dos décadas desde que el Kremlin envió tropas a Georgia, alegando que estaba apoyando regiones disidentes.
Más tarde, envió espías a ciudades británicas, armados con sustancias neurotóxicas para asesinar a los rusos exiliados para, en marzo de 2014, invadir el este de Ucrania y anexarse la estratégica península de Crimea.

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