sábado, octubre 5, 2024

R Á F A G A: Hace 200 Años Coronaron Emperador a Iturbide

JORGE HERRERA VALENZUELA

21 DE JULIO DE 1822 EN LA CATEDRAL DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Uno de los personajes históricos que sigue provocando polémicas discusiones, por su doble participación en el Movimiento Independentista de 1810, es Agustín de Iturbide. El militar y político nacido en Valladolid, hijo de un matrimonio español, a los 17 años de nacido se inició en el servicio militar y a los 38 fue coronado como Emperador de México.

Bueno, después de leer un  excelente análisis sobre las personalidades de la Consumación de la Independencia, publicado en el diario Excélsior por el jurista y catedrático, además de político, José Elías Romero Apis, surgió la inquietud de saber más en torno a las acciones del moreliano Agustín de Iturbide que, con Vicente Guerrero, son autores de la Consumación de la Independencia. Coincidencias de la vida el segundo Presidente de la República y el Primer Emperador de México, murieron fusilados.

El desempeño controversial de quien fue bautizado como Agustín Cosme Damián de Iturbide y Aramburu, originó que el Congreso de aquel entonces, presidido por Rafael Mangino y Mendivil, lo declarara “traidor a la Patria”, cuando el moreliano había abdicado y salido del país, sin saber que si retornaba a México sería fusilado. Destacó en las filas de las fuerzas realistas que combatieron contra el desarticulado Ejército Insurgente, a las órdenes de Torcuato Trujillo, peleó contra la gente de Miguel Hidalgo, en el Monte de las Cruces; Iturbide fue derrotado.

Ascendido a coronel siguió demostrando ser buen estratega militar e inclusive le dieron mando de un batallón en Toluca. En un enfrentamiento venció a las fuerzas del generalísimo José María Morelos –su paisano–, pero los hombres comandados por otro michoacano, Ignacio López Rayón,  lo abatieron en otro encuentro.

PIENSA EN PLAN CONCILIATORIO

Cuentan los historiadores que Iturbide en 1820 empezó a reflexionar sobre un plan conciliatorio con los Insurgentes. Con Vicente Filísiola (militar español nacido en Nápoles) platicó sobre la posibilidad de concebir un plan que llevara a la conciliación entre Insurgentes y Realistas, pero, el pero que nunca falta, el que sería efímero emperador proponía “primero acabar con los insurgentes”.

Filísola llegó, procedente de España, con la consigna de simpatizar con el Movimiento de Independencia y presidió la “División Protectora Mexicana”. Tuvo muy buena relación con Iturbide y su mando duró el tiempo que el moreliano manejó la “monarquía constitucional”. Vicente Filísola murió de cólera en la Ciudad de México, el 23 de julio de 1850.

Iturbide que ya se había enfrentado en el campo de batalla con Vicente Guerrero, continuó con la idea de unir fuerzas y terminar con la guerra iniciada por Hidalgo, continuada por Morelos y Guerrero. Así fue como proclamó el Plan de Iguala o de Las Tres Garantías. Encomendó al sastre José Magdaleno Ocampo hacer una bandera de tres colores, colocados en forma diagonal, de izquierda a derecha. Blanco, verde  rojo, con una estrella dorada en cada lienzo.

Con su rival, Guerrero, quedó registrado otro antecedente, el famoso Abrazo de Acatempan, el 10 de febrero de 1821. Hay la versión de que Guerrero no aceptó y no hubo tal abrazo. Ese poblado se encuentra en lo que hoy es Teloloapan. Aún no estaba erigido el Estado de Guerrero, pues esto fue hasta 1849.

Como todos sabemos el 27 de septiembre de 1821 con un desfile de las fuerzas virreinales y del Ejército Insurgente, por las calles de la Ciudad de México hasta la Plaza de la Constitución, se declaró la Consumación de la Independencia. Cada etapa de 1810 a 1821 es muy amplia, imposible de narrarla en este breve comentario.

Al pasar por la calle de La Profesa, hoy Madero, Iturbide detuvo la marcha frente a la casa de una guapa mujer de nombre María Ignacia Rodríguez de Velasco Osorio Barba y Bello Pereyra, la histórica Güera Rodríguez. Se decía que había romance entre ellos.

CORONACIÓN Y FUSILAMIENTO

El virrey Juan Ruiz de Apoca nombró a Iturbide comandante General en la Ciudad de México. A ello siguió su designación de “generalísimo de armas de mar y tierra”. La ambición invadió al moreliano y comenzó a hablar de establecer la monarquía en México. Al principio se rumoró que un español vendría a ocupar el cargo de emperador. La decisión del Congreso fue nombrar a Agustín Cosme Damián de Iturbide y Aramburu, bajo el título de Agustín I.

La coronación del primer emperador de México tuvo lugar en el Altar Mayor de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Era lunes 21 de julio de 1822. Representantes de la Iglesia Católica, la élite de la sociedad, militares de alta graduación y diputados, asistieron a la ceremonia en que Agustín de Iturbide era ya “Su Majestad Imperial” y Ana María Josefa Huarte y Marín, fue coronada por su esposo, el Emperador Agustín I, siendo Rafael Mangino y Mendivil, presidente del Congreso, quien le colocó la corona y  un diputado le entregó el cetro. Recibió un anillo de oro y un manto de terciopelo azul.

La intervención del Congreso fue para que México tuviera una “Monarquía Constitucional

El mismo Mangino y Mendivil al año siguiente calificaría de “traidor a la Patria” al emperador, por exceso en la monarquía; dispendio del dinero y haber disuelto al Congreso. Además el mencionado legislador, al saber que el exemperador había abandonado el país, expresó: “si regresa se le aplicará la pena de muerte al pisar suelo mexicano”. Iturbide nunca supo de esa sentencia ni fue informado de ella.

Con su familia, amigos y súbditos salió del país. Abdicó al trono el 19 de marzo de 1823 y marchó al Viejo Continente. Estuvo en Italia y en Francia. Sin saber lo que le esperaba subió a un barco para retornar a su Patria. Llegó al puerto de Soto La Marina, en Tamaulipas. Tan pronto se supo de su llegada fue aprehendido y llevado al poblado de Padilla, donde el 19 de julio de 1824 lo pusieron en el paredón y cuatro soldados dispararon sus rifles para cortarle la vida a un hombre que estaba vendado de los ojos y tenía amarradas de las manos.

El cuerpo fue llevado al cuarto habilitado como capilla y sus restos recibieron sepultura en el atrio de una iglesia católica abandonada y derruida. El cuerpo fue cubierto con un hábito franciscano y solamente se encendió una veladora. En 1833 Antonio López de Santa Anna, que iniciaba su etapa de cacique político, sugirió que los restos fuesen llevados a la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.

Anastasio Bustamante, tres veces Presidente de México (en la primera ordenó fusilar a Vicente Guerrero),  pidió que los restos de Iturbide quedaran en la Capilla de San Felipe de Jesús, donde hasta la fecha se encuentran.  Cada año una reducida comitiva se reúne (el 27 de septiembre) para recordar el natalicio del exemperador y al Consumador de la Independencia de México. Las autoridades de la Catedral dan el permiso para ese sencillo evento.

En ese mismo sitio se resguarda el corazón de Bustamante, a solicitud expresa de él. Anastasio, médico de profesión, era tres años mayor que Agustín. Nació el 27 de julio de 1780, en Jiquilpan, intendencia de Valladolid.

ITURBIDE BORRADO DE LA HISTORIA

Los cronistas-historiadores refieren que el nombre de Agustín de Iturbide fue retirado de los muros de la Cámara de Diputados. El Teatro Iturbide cambió a Teatro de la República, en Querétaro. Jamás se le ha mencionado durante la celebración del Grito, el 15 de Septiembre, por ser el Consumador de la Independencia. Los gobiernos no realizan ninguna ceremonia el 27 de Septiembre.

Falta mucho por investigar, tarea de nuestros expertos historiadores, sobre la vida, desempeño y personalidad de muchos de nuestros ilustres personajes. Habrá algunos rezagados, olvidados, así como los que no merecen la gloria que se les ha otorgado. Este comentarista periodístico deja que cada quién haga sus juicios.

jherrerav@live.com.mx

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