La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fue fundada en el estado de Nueva York en 1830, por el norteamericano Joseph Smith. Su crecimiento fue muy rápido y pronto esta congregación comenzó a extenderse por todo el mundo, comenzando por el continente americano hasta llegar a Europa.
Aunque es una organización cristiana, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tiene sus propios textos sagrados, diferentes a la Biblia, y el matrimonio y la familia son esenciales en su plan. La boda de los Santos de los Últimos Días es, probablemente, el sacramento más importante pues el matrimonio es parte fundamental del plan de Dios hacia sus hijos, según los mandatos de esta religión.
Las bodas celebradas por los miembros de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días tienen lugar periódicamente en los templos que la congregación tiene repartidos en la actualidad por todo el mundo. Y, entre estos templos, algunos de los más concurridos y célebres, con una parroquia de seguidores muy fiel y activa, son los que se encuentran en México.
La Iglesia de los Santos de los Últimos Días en México
En México la Iglesia de los Santos de los Últimos Días ha experimentado un gran crecimiento. Esta religión se ha expandido en el país norteamericano con gran rapidez en los años que llevamos transcurridos del siglo XXI.
En México esta religión cuenta en la actualidad con más de un millón doscientos mil miembros, divididos en más de 2.000 congregaciones. Los templos de México suman en total 12, con más de 20 misiones y 260 centros de historia familiar.
La Iglesia de los Santos de los Últimos Días llegó a México a finales del siglo XIX, de la mano del entonces presidente de la Iglesia Brigham Young. Para Young era muy importante extender la religión a México pues supondría un avance de la segunda venida del Señor.
Los primeros misioneros llegaron al país en 1876 y dado que encontraron resistencia en Ciudad de México en un principio, decidieron recorrer otras poblaciones como Cuernavaca, Ozumba y Chalco, entre otras.
Sin embargo, todos los progresos realizados por los misioneros de los Santos de los Últimos Días fueron afectados de forma muy negativa por la Revolución Mexicana, que obligó al exilio a muchos.
Afortunadamente, el período de la Revolución pasó y pronto llegaría una época de expansión y prosperidad para la comunidad religiosa, liderada por Rey L. Pratt, un religioso carismático que fue amado por su bondad, entrega y capacidad de servicio.
Los templos de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días en la actualidad
En junio de 1993 la Iglesia de los Santos de los Últimos Días fue registrada formalmente por el gobierno mexicano, lo que supuso el reconocimiento de su facultad para tener propiedades y un nuevo empuje a esta religión en México.
Entre los templos de la Iglesia que existen hoy en el país cabe destacar a varios:
- El Templo de Ciudad Juárez, cuya edificación terminó en 1999, es un monumento construido completamente en mármol blanco, de 990 metros cuadrados. En él se reúnen de forma cotidiana hasta más de 36.000 miembros de los Santos de los Últimos Días.
- El Templo de Hermosillo, utilizado por más de 46.000 miembros de la Iglesia, tiene singular importancia pues esta región fue una de las primeras de México que recibió a misioneros. Fue inaugurado en el año 2.000 por Gordon B. Hinckley.
- El Templo de la Ciudad de México se encuentra en la zona metropolitana de la capital. Su diseño está inspirado en la arquitectura maya y azteca y fue inaugurado en diciembre de 1983. Tiene un total de 10.836 metros cuadrados construidos. Tiene un centro de visitantes anexo al templo y se trata del templo más grande de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días edificado fuera de Estados Unidos.
- Por último, otro templo que merece una mención especial es el Templo de Tijuana, al ser uno de los de construcción más reciente. Fue inaugurado en el año 2015 y su estilo arquitectónico es neoclásico, con influencias de las colonias españolas.
