jueves, noviembre 28, 2024

Producción agroecológica ya está dejando atrás a la Revolución Verde en Sinaloa

El pasado sábado 12 de mayo, se llevó a cabo la presentación de la Cosecha de maíz blanco de Sinaloa con transición agroecológica y sin glifosato; en el ejido Canán en Culiacán. 

Según informa la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), este es un acto trascendente, pues se considera como el antes y el después de la agricultura maicera en Sinaloa y muy probablemente de la agricultura de todo el país. 

De acuerdo a datos brindados por la secretaría, se habla de un paso hacia la producción sustentable y agroecológica, que dejará atrás la llamada revolución verde; afirmó el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera.

En este evento, se realizó la trilla de siete hileras de 14 surcos de maíz sembrado con prácticas agroecológicas: uso de microorganismos, control biológico y un método que propicia decisiones a partir de la medición de ph, conductividad eléctrica, potencial de óxido reducción y otros indicadores.

Lo anterior, arrojó un resultado de 14.28 toneladas por hectárea y un costo por tonelada de 2, 800 pesos; que son  584 pesos por debajo de un predio cultivado con agroquímicos cuyo rendimiento es de 14.7 toneladas por hectárea.

El funcionario de la SADER indicó que los resultados son un éxito porque cultivaron 600 hectáreas sin agroquímicos por parte del productor Claudio Beltrán. Con ello, se comprueba la viabilidad del cultivo sustentable y saludable en agricultura comercial de gran escala.

El principal beneficio radica en cosechas saludables que nutren la salud de las familias de los productores y consumidores, aunado al cuidado del medio ambiente.

Las representantes del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Aideé Orozco, y de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Adelita San Vicente Tello; mencionaron la coordinación de esfuerzos del Gobierno de México que pretende cumplir y hacer el Decreto presidencial del 31 de diciembre de 2020. Este trata sobre la eliminación gradual del uso del glifosato.

Aideé Orozco dijo que la decisión de eliminar gradualmente el glifosato es punta de lanza, pues existe el reto de descontinuar 140 plaguicidas altamente peligrosos con registro que están prohibidos o no autorizados en otros países;  y más de cien fungicidas y plaguicidas de uso agropecuario, forestal, doméstico, e incluso de uso en campañas de salud pública.

 

“Queremos, dijo, hacer efectivo el derecho a la alimentación, una alimentación inocua y culturalmente pertinente”, indicó.

 

El Conacyt tiene la responsabilidad de emitir recomendaciones anuales a las autoridades competentes sobre las cantidades de glifosato aceptables, para importación mientras se logra la supresión final de este herbicida. De igual forma, tiene que coordinar y aprobar desarrollos e innovaciones para impulsar alternativas sustentables que mantengan estable la producción nacional de alimentos, informó.

 

El productor Claudio Beltrán señaló que desde hace tres años se involucró en la producción agrícola con el modelo Agricultura Campesina de Conocimientos Integrados y Manejo Integral de Cultivos Inducidos (ACCI-MICI). Cuyo sustento es que los productores se adentren al conocimiento de su recurso suelo –que es el principal patrimonio del agricultor— y aprendan a observarlo; medir su condición de nutrientes y otros indicadores de salud y nutrición de suelo y planta, como el ph y la conductividad eléctrica.

“Mi producción de semilla me permitió ahorrar 84 por ciento de costos en este rubro, ya que sólo invertí mil 284 pesos por hectárea, menos que los ocho mil 100 pesos que invierte regularmente un productor. En insumos, mis costos fueron inferiores en 19 por ciento a la agricultura tradicional, pues usé bioinsumos producidos localmente. El manejo integrado del cultivo me permitió reducir un riego al cultivo, ya que sólo se realizaron cuatro de los cinco que requiere la agricultura por lo regular”.

 

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