Luis Alberto García / Moscú, Rusia
* Los primeros reconocimientos internacionales.
* Son las experiencias de un condenado
* Innokenti Volodin, uno de sus personajes
Pabellón de cancerosos novela autobiográfica, fue escrita por Alexander Solzhenitsyn entre 1963 y 1966, y se basa en los recuerdos del escritor del tratamiento médico que recibió en un hospital de oncología en Tashkent, en 1954.
Se publicó por primera vez en Rusia y más tarde en países occidentales, y junto con la novela de Solzhenitsyn, Primer Círculo, su publicación se convirtió en un importante evento literario internacional, y fue una de las razones por las cuales el autor recibió el Premio Nobel de Literatura en 1970.
Primer Círculo, escrito entre 1955 y 1958, este libro está basado en los recuerdos de Solzhenitsyn de cuando trabajó en una institución estatal donde los ingenieros reclusos cumplían sus condenas.
La historia se desarrolla en Moscú durante tres días de diciembre de 1949. Innokenti Volodin, un diplomático que trabaja en el Ministerio de Asuntos Exteriores, traiciona a su país.
Informa a la embajada de Estados Unidos de que los agentes de inteligencia soviéticos quieren robar información sobre la bomba atómica estadounidense.
Dos reclusos que trabajan en laboratorios soviéticos, Lev Rubin y Gleb Nerzhin, reciben la tarea de desenmascarar la identidad del traidor.
El autor no estudió literatura, sino que se licenció como profesor de matemáticas; sin embargo, buena parte de su obra la dedicó a revelar y denunciar los horrores de una época, como queda demostrado en la mayoría de sus escritos.
El sistema soviético, tal y como lo desarrolló Iosif Stalin, debía echar mano de los campos de concentración y lo trabajos forzados, y en 1918 -denunció Solzhienitsyn- esa metodología se legalizó.
Su objetivo era aislar y a menudo exterminar a los opositores al régimen vencedor de la Revolución de 1917: los bolcheviques triunfaron y se hicieron del poder a plenitud luego de una cruenta guerra que se prolongó más de tres años.
Solzhenitsyn pone como antecedente el año 1921, como la fecha inaugural de un campo de esa naturaleza, cuyo número creció en la medida en que el régimen comunista eliminaba enemigos y llevaba purgas internas dentro de sus propias filas.
Según cifras dadas a conocer en 1930, había 180 mil detenidos, hasta llegar a los dos millones y medio en 1950, si bien existen estimaciones anteriores que hacen crecer considerablemente esas cifras de espanto.
Para Alexander Solzhenitsyn –que citó esos hechos en sus libros, documentadamente- estaban comprendidos todos los sectores de la sociedad de esa época: intelectuales, estudiantes, funcionarios comunes y gente poco afín con el régimen autoritario.
El índice de mortalidad en esos lugares de terror y muerte cotidianos fue altísimo, y el promedio de vida era de dos a tres años, y realmente hubo poquísimos presos que quedaran en libertad tras cumplirse el periodo presuntamente legal de sus sentencias.
En otras palabras, en su vida y obra, Alexander Solzhenitsyn dedicó casi por entero su obra monumental a seguir los pasos de los dirigentes soviéticos, creadores de la Administración Especial de Campos del Estado o Gulag.
El Premio Nobel de 1970, que se ganó el odio feroz de los gobiernos en turno, fue disidente y símbolo de la disidencia, desde entonces, cuando surgió Stalin y el horror, hasta estos días inciertos y nublados de la Rusia postsoviética