jueves, abril 25, 2024

OTRAS INQUISICIONES: La falsa “guerra contra el narco”

Pablo Cabañas Díaz.

Fue el 1 de diciembre de 2006 y, tras una polémica elección y una accidentada toma de protesta, Felipe Calderón leía su primer discurso como presidente de la República, en el Auditorio Nacional.

En la parte medular de su mensaje a la Nación, minutos antes de trasladarse al Campo Marte a pasar revista a las tropas como su nuevo comandante en jefe, Calderón leyó: “Sé que restablecer la seguridad no será fácil ni rápido, que tomará tiempo, que costará mucho dinero e incluso, por desgracia, vidas humanas. Pero ténganlo por seguro: ésta es una batalla en la que yo estaré al frente, es una batalla que debemos librar y que unidos los mexicanos vamos a ganar a la delincuencia”.

Exactamente 10 días después, en la sala de prensa de Los Pinos, el entonces secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, anunció el Operativo Conjunto Michoacán, un primer despliegue de tropas (4 mil 260 soldados,  mil  marinos y  mil 420 policías federales) con la misión de “recuperar el territorio” que, se admitía, estaba en manos del crimen organizado. “La batalla contra el crimen organizado apenas comienza”, anunció Ramírez Acuña, emulando a Calderón, “y será una lucha que nos llevará tiempo”.

El 3 de enero de 2007, Calderón visitó el centro de control del Operativo Conjunto Michoacán, en Apatzingán. Vestido con una chamarra que le quedaba grande color verde olivo y un quepí militar con el escudo nacional y cinco estrellas bordadas en negro – volvió a anticipar una larga batalla, “una labor que quizás no dé frutos con rapidez”. Y, días después, advirtió: “es una guerra, un tema que yo sé que será muy largo, que probablemente yo no vea el final como presidente”.

Doce años después, la guerra quedó como una farsa, la evidencia es clara :Michoacán, el estado natal de Calderón, donde inició el combate, ha transitado del dominio de La Familia Michoacana al de Los Caballeros Templarios y, actualmente, al del Cártel Jalisco Nueva Generación.

La estrategia de descabezar cárteles no funcionó, pues fraccionó a los grupos delictivos, creó nuevas generaciones de capos y propició enfrentamientos cada vez más violentos entre ellos, con consecuencias funestas para la sociedad civil.

Al final del sexenio de Calderón, los muertos sumaban más de 104 mil y los desaparecidos, más de 14 mil, según cifras del Sistema Nacional de Seguridad

 

Desde la gestión de Calderón los cárteles no sólo superaban al Estado, en términos de poder de fuego, también tenían la capacidad económica para corromper prácticamente a la totalidad de las instituciones carcelarias; disponían de las condiciones necesarias para movilizar sin obstáculos a un conjunto paramilitar con medios terrestres y aéreos. ¿Hasta dónde llegó el grado de corrupción desde que se inició la “guerra” de Calderón?. El Fondo Monetario Internacional, estimaba que el sexenio  2006-2012, en México se lavaban 25 mil millones de dólares anuales. En un estudio de la entonces  Procuraduría General de la República se calculó en una cifra menor:10 mil millones de dólares. Lo cierto que cada año se incautan recursos al narcotráfico por menos de 1% de las cifras antes señaladas. Una cantidad de dinero capaz de corromper al más honrado.

Esos 10 mil millones de dólares, reconocidos por el gobierno de Calderón representó el 3.6% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, de acuerdo a un estudio presentado por la Cámara de Diputados. El documento ”Lavado de Dinero”, señala que las cifras obedecen a la situación de criminalidad que ha permeado al sistema social, económico y financiero. El estudio menciona de acuerdo con Hacienda, que sólo en el primer semestre de 2003 el monto por este delito fue de 3.06% del PIB y al segundo trimestre de 2009, fluctuó entre 1.5 y el 2.4% “Los recursos de procedencia ilícita pueden ser transferidos con facilidad y de forma inmediata de una jurisdicción a otra” resaltaba el estudio publicado por la Dirección de Servicios de Investigación y Análisis de la Cámara de Diputados. Tan falsa fue la “guerra contra el narco” de Calderón  como la aplicación de la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, publicada el 17 de octubre de 2012 en el Diario Oficial de la Federación, que supuestamente se encuadraba en una Estrategia Nacional para la Prevención y el Combate al Lavado de Dinero y al Financiamiento al Terrorismo. Calderón dejó el gobierno en diciembre de 2012 y, durante su último año de administración, dedicó decenas de discursos a justificar su guerra, con frases como “¿qué querían que hiciera?”. Ahora tendrá que dar respuesta a múltiples interrogantes empezando por saber que hizo Genaro García Luna

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