Pablo Cabañas Díaz.
Santos Balmori Picazo (1899-1992) fue un pintor mexicano de origen. Estudió en Madrid, y en París. Expuso sus obras en Bruselas, Estocolmo, Madrid, París y Ciudad de México. A pesar de que su obra no fue reconocida en México, debido al nacionalismo que fomentaba la Escuela de Mexicana de Pintura, influyó en gran medida en la siguiente generación de artistas, quienes serían conocidos como la “generación de la ruptura”
Cuando Balmori tenía dieciséis años, su padre se suicidó. Balmori lo define como la mayor tragedia de su vida y guardó luto por su padre durante ocho años. A los quince años ingresó a la Escuela de Bellas Artes de Santiago de Chile, pero sus tutores le prohibieron estudiar arte. Tomó un barco hacia Europa, donde llegó a Madrid y entró a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde estudió con Salvador Dalí y Remedios Varo. Le propusieron la residencia en Roma, distinción exclusiva para estudiantes españoles destacados, con la condición de renunciar a la nacionalidad mexicana, cosa que no aceptó.
Después de cuatro años de estudiar en la Academia de San Fernando y a los veintidós años, dejó Madrid y se fue a París. Allí permaneció durante catorce años, durante los cuales estudió, trabajó, pasó dificultades económicas, y estudió bajo la dirección del escultor Antoine Bourdelle. Hizo diseño textil, carteles publicitarios, grabado, pintura y carteles en contra del fascismo, por los cuales ganó premios internacionales. Muy joven se unió en matrimonio con la bailarina francesa Therése Bernard, la cual murió a los dos años de su enlace. Se unió por segunda vez con la bailarina sueca Rache Björnström, con quién vivió en París. Viajó a Suecia, donde igualmente realizó exitosas exposiciones; vivió en Mallorca y en el norte de África, buscando un clima más cálido, pues su salud se había visto afectada.
En Mallorca tuvo encuentros con artistas e intelectuales y produjo muchas de sus obras. Durante la guerra civil española, fue detenido debido a su propaganda antifascista y su colaboración con el gobierno de la República. Volvió a México en la década de 1930, donde fue recibido con una exposición de más de doscientas obras en el Palacio de las Bellas Artes. Debido al nacionalismo favorecido por la Escuela Mexicana de Pintura, fue rechazado por su formación europea; sólo Carlos Mérida lo entendió y defendió. Es por esto por lo que debe a dedicarse a la docencia, labor que desarrolló durante treinta años, siendo uno de los maestros responsables de formar, en una total libertad estética y de pensamiento, a la llamada “generación de la ruptura”. Algunos de sus alumnos fueron Pedro Coronel, Juan Soriano y Carlos Olachea entre otros .
Con su esposa Rachel Björnström tuvo una hija llamada Kore Monica, quien enfermó de poliomielitis cuando niña; su madre se la llevó a Suecia de donde no regresó. Balmori se casó nuevamente, con la bailarina y coreógrafa Helena Jordán, quien lo acompañó por más de cuarenta años. Fue director de la Academia de la Danza, colaborando directamente con Miguel Covarrubias, en crear lo que se llamó la época de oro de la danza en México.
Nunca dejó de dibujar, pero solo retomó la pintura cuando se jubiló como maestro; a la edad de setenta años expuso en múltiples ocasiones, siendo un importante investigador estético y generando obras inéditas que incorporaban nuevas propuestas, investigando sobre el azar y utilizando nuevos materiales.
Dentro de su labor como artista El dibujo en la expresión plástica, publicado por la UNAM. A sus noventa años el Museo del Palacio de las Bellas Artes le hizo un homenaje. La obra de Santos Balmori se puede encontrar en el Museo de Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), Museo de Arte Moderno de Madrid y en el Museo de Bellas Artes de Asturias