jueves, marzo 28, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Frivolidad, poder y lágrimas

Pablo Cabañas Díaz
Fernando del Paso  autor de las novelas ‘Noticias del imperio’ y ‘Palinuro de México’  llegó en silla de ruedas y con una playera negra con la leyenda “¡No mames Peña Nieto!” al homenaje de los 100 años del nacimiento de Octavio Paz. La leyenda que llevaba Del Paso se puede aplicar a la nueva  portada de la revista Hola en la que  aparece Enrique Peña Nieto y  su “novia” Tania Ruiz Eichelmann.  El ex presidente sigue en el mundo de la frivolidad.  Las hijas de Peña Nieto y de Angélica  Rivera abrieron  las puertas de  para en par de la entonces residencia oficial de  Los Pinos a la revista ¡Hola!. En los reportajes de revista ¡Hola!, aparecían con un estilo de vida similar al de  la  realeza europea .
Peña Nieto, se vuelve a exhibir ante la opinión pública como un hombre frívolo. El ex presidente eligió a la revista de la monarquía y la aristocracia, de los millonarios y los pudientes, como el escaparate de quien pretende hacer valer su voto de “calidad” en la designación del   nuevo Presidente  del PRI. En días pasados, Claudia Ruiz Massieu, filtró que  en su casa de Valle de Bravo, tuvo una comida con Peña Nieto. La nota facilitada por el PRI enfatiza que “rindió honores al dios Baco”.
Tal parece, que el también ex gobernador del Estado de México,  antes de llegar a la inconsciencia, es decir, antes de perder la capacidad de percibir y darse cuenta de lo que le rodeaba quiso dar algunas instrucciones e inducir por dónde creía él que debían hacerse las cosas. Menciona la nota de prensa: “De sus recomendaciones, la verdad, agregan los que saben, le dieron el avión”. En la comida estaban Miguel Ángel Osorio Chong y José Narro. Ivonne Ortega, Alejandro Moreno y Ulises Ruiz no fueron convocados.
Fue la frivolidad y la presunción  la que llevó a la entonces familia presidencial a divulgar la compra y ampliación de su “Casa Blanca” en las Lomas de Chapultepec, hecho que se convirtió en el punto de quiebre de la credibilidad del sexenio pasado ,  y emblema de la corrupción. Algunos  priistas han  señalado el desprestigio que le ocasionó al PRI la corrupción de destacados militantes como el propio Peña, algunos miembros de su gabinete y los gobernadores cuyas candidaturas impulsó él; unos hoy encarcelados, algún otro prófugo y otros sin poder gobernar sus entidades

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