Pablo Cabañas Díaz.
Rosario Piedra Ibarra tomó protesta como titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Ibarra fue elegida para el cargo con 76 votos a favor.
En esta sesión los panistas hablaron de independencia de la CNDH pero olvidan que el presidente de la CNDH, en el sexenio de Vicente Fox y una parte del de Felipe Calderón fue José Luis Soberanes Fernández quien estuvo en ese alto puesto del 16 de noviembre de 1999 al -16 de noviembre de 2009.
Soberanes, no tenía límite de gastos, ya sea en las comidas que le preparaba su chef particular, en viajes a lugares distantes como Nueva Zelanda, compra de autos y otras erogaciones que poco aportaban al fin para el que fue creada la institución: la defensa y promoción de los derechos humanos
Amparado en la autonomía de la comisión, Soberanes dedicó casi 40% de su presupuesto – que en 2007 ascendía a más de 700 millones de pesos y convertía a la CNDH en el organismo más rico del mundo en su tipo- a actividades que difícilmente pueden considerarse como parte de las políticas para salvaguardar los derechos básicos
El 63% de los recursos asignados a la comisión en la era panista se utilizaron enormes gastos en viajes, tanto del ombudsman como de miembros de su equipo
Por ejemplo, en un resumen de los servicios y adquisiciones de 2003 a 2005 se registran gastos de más de 27 millones de pesos en transporte y hospedaje -sin contar viáticos- para los viajes de Soberanes y sus colaboradores, mientras que únicamente se aplicaron 6 millones 324 mil pesos en la capacitación del personal y 23 millones 899 mil pesos en bienes informáticos
Igualmente se derrochaba en alimentos De acuerdo con la relación de gastos de la CNDH en el período mencionado. Soberanes autorizó la compra de productos exquisitos, que están fuera del alcance de la inmensa mayoría de los mexicanos
Según la factura 377 de la empresa Aire, fechada el 30 de junio de 2005, la CNDH compró 14 frascos de caviar negro y rojo, salmón ahumado, quesos importados, postres finos y una lista de alimentos especiales para Soberanes Todo eso costó 9 mil 976 pesos
En cinco facturas de la misma empresa, que aparece a nombre de Carlos Agustín Porras Mazzoco, se observa que Soberanes reparaba en gastos alimenticios. En una sola cuenta, dividida en las facturas 373 y 374, también del 30 de junio de 2005, la CNDH pagó 16 mil 820 pesos por frutas, verduras, pan, refrescos, cajas de galletas, seis latas de abulón, 10 kilos de arrachera, 11 de pechuga de pollo y cinco de pavo, así como 12 litros de leche, 16 de quesos, embutidos y muchos productos más baratos.
En su presidencia además del derroche en gastos, estuvieron bajo investigación altos funcionarios de esa dependencia por la entonces Procuraduría General de la República (PGR). Se les acusaba de haber acallado a cinco custodios que, desde el año 2000, denunciaron la corrupción y las complicidades tejidas en el penal federal de Puente Grande, Jalisco, que facilitaron la fuga del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán.
Esa información se encuentra en la averiguación previa 070/DAFMJ/2001, integrada al expediente relacionado por la evasión de Guzmán Loera, los visitadores Joel René García y José Mario Severiano Morales presionaron a los custodios Salvador Moreno Chávez, Claudio Julián Ríos Peralta, Felipe Leaños Rivera y Francisco Javier Vázquez Rolón con el objetivo: que se desistieran de sus quejas sobre las presiones que recibieron para incorporarse a la red de servicios de El Chapo Guzmán, Arturo El Texas Martínez Herrera y Héctor El Güero Palma. Los visitadores dependían de José Luis Soberanes y, técnicamente, de José Antonio Bernal Guerrero, el tercer visitador, quien falleció en septiembre de 2005 en un accidente aéreo en el que también murió el entonces secretario de Seguridad Pública, Ramón Martín Huerta.
Los testimonios sobre la corrupción en Puente Grande que, como después se supo, formaba parte del plan de fuga de El Chapo Guzmán llegaron a la CNDH El expediente fue manejado por uno de los funcionarios de mayor confianza de José Luis Soberanes, el tercer visitador José Antonio Bernal Guerrero, quien a través de los visitadores Joel René García y José Mario Severiano comenzó a presionar a los custodios para que se desistieran de sus quejas.
El primer paso, según la investigación de ese hecho, fue tratar el caso como un asunto labora.l A través del oficio 012965, fechado el 4 de mayo de 2000, Arturo Peña Oropeza, quien fungía como director general en la CNDH, le informó al custodio Felipe Leaño lo siguiente:
“Por instrucciones del licenciado José Antonio Bernal Guerrero, Tercer Visitador de esta Comisión Nacional, me permito informarle que de la lectura de la primera parte de su escrito se desprende que (su caso) se trata de un asunto de carácter laboral”.
Los visitadores que José Luis Soberanes envió a investigar la corrupción y las presiones que padecían los custodios de Puente Grande en todo momento trataron de desviar las denuncias, según acusaron los propios quejosos en otros testimonios, donde agregan que su identidad fue revelada por los funcionarios de la CNDH, poniendo en riesgo sus vidas.