Pablo Cabañas Díaz
Eduardo Ramírez Aguilar, amigo de la infancia del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, a quien pretende nombrarlo su sucesor, es el rostro de la “Rebelión Verde” en Chiapas. Fue el pasado 19 de enero, luego de que fuera hecho público un acuerdo cupular tomado en la Ciudad de México según el cual el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) debería aliarse con el PRI en Chiapas para apoyar la candidatura al gobierno del senador Roberto Albores. Con este anuncio Ramírez Aguilar inició una revuelta que fue secundada por diputados locales y alcaldes, inconformes con lo que llamaron una imposición.
Ramírez Aguilar rompió hace tiempo con Albores quien es apoyado por líder nacional del Verde, Carlos Puente y por el llamado “Niño Verde”, Jorge Emilio González. “Nos plantearon que había una candidatura para cierto aspirante, y no estuvimos de acuerdo. Por eso protestamos. No queremos que haya un agandallaje o el privilegio para una persona sin tomar en cuenta a nuestra bases”, aclaró Ramírez Aguilar.
La renovación de poderes en Chiapas, siempre ha sido producto de acuerdos desde el centro resultado de pactos ente los grupos políticos locales y nacionales. De qué tamaño han sido las discusiones, los compromisos, las promesas e incluso las amenazas, hasta ahora pocos las saben; pero las negociaciones son fuertes, de esto nadie debe dudarlo.
Para enfrentar la crisis Enrique Ochoa Reza, nombró a Luis Enrique Miranda Nava como nuevo delegado especial del PRI en Chiapas. Lo que habrá de buscar el ex Subsecretario de Gobernación y ex Secretario de Desarrollo Social, Social es que no se pierdan los votos necesarios para el triunfo del candidato José Antonio Meade. Así que en las próximos días la guerra que se ha instalado en redes sociales, podrá arribar a otros escenarios. Pero lo cierto es que el “aliado” del PRI en Chiapas no parece aceptar la candidatura del senador Albores que todo parece va camino al fracaso.