jueves, marzo 28, 2024

Narcojet que aterrizó en el aeropuerto de Chetumal traía 1.5 toneladas de cocaína

CHETUMAL, QUINTANA ROO.- Elementos del Ejército Mexicano y la Marina Armada de México lograron asegurar un narco-jet cargado con 1.5 toneladas de cocaína procedente de Sudamérica, al parecer procedente de Colombia o Venezuela, según información obtenida por Sol Quintana Roo de fuentes castrenses.

El narco-jet aterrizó la madrugada de esta martes, aproximadamente a las 5:30 horas, (hora de Quintana Roo y 4:30 hora de El centro del País) sin permiso en el aeropuerto internacional de Chetumal, luego de ingresar a espacio mexicano procedente de Centroamérica y acompañado de un par de naves más, de las cuales se ignora su paradero hasta el momento.

La aeronave fue captada por los radares de inteligencia del Ejército Mexicano y de la Secretaría de la Defensa, quienes dieron seguimiento a tres aviones que entraron al territorio; dos de ellos, al parecer, salieron del Estado.

El narco jet fue detectado por una labor de inteligencia del Ejército y de la Secretaría de la Defensa, luego de percatarse en los radares que había una ola de aviones sobrevolando, tres en total, que entraron al territorio nacional por Quintana Roo, salieron dos y uno aterrizó en el Aeropuerto de Chetumal.

De acuerdo con las autoridades uno de los integrantes del avión –al parecer tripulación- ya fue detenido y está resguardado por elementos federales en el aeropuerto internacional de Chetumal.

HISTORIAL

El gobierno federal y el gobierno de Quintana Roo señalan que gracias a la permanente coordinación existente entre la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano, la Marina y las policías federal y estatal, respectivamente, se ha logrado disminuir el tráfico aéreo de narcóticos.

En lo que va del año han aterrizado al menos media docena de narcoaviones, varios de los cuales lograron descargar exitosamente la droga, traspalearla en vehículos terrestres y transportarla. En uno de esos aterrizajes se produjo un enfrentamiento que originó la muerte de un jefe de la Zona Militar y la de su chofer-escolta.

Pese a la reiterada coordinación gubernamental, lo cierto es que la presencia de ese tipo de naves, procedentes de Centro y Sudamérica no cesa y siguen llegando a la frontera sur de Quintana Roo y hasta los estados de Tabasco, Yucatán, Campeche y Chiapas, respectivamente.

Pero si bien las autoridades militares, navales, estatales y locales han demostrado su participación activa y de manera coordinada en operativos conjuntos para combatir el narcotráfico aéreo, las autoridades federales, por parte de la Subsede de la Fiscalía General de la República en Quintana Roo, a cargo de Raúl Coronel Machado, guarda ominoso silencio en torno a los casos registrados, bajo el argumento del “sigilo de la investigación”, de tal suerte que ni siquiera informa si se integró o no la obligada carpeta de investigación.

Habría que recordar que el delegado anterior, Javier Ocampo García y el fiscal Enrique Pérez García, fueron destituidos en septiembre de 2019 por sus nexos con el crimen organizado, mientras que la subdelegada Bertha Reyes renunció una semana antes, bajo sospechas de mantener vínculos con el gang de las drogas.

Coronel Machado fue enviado a dicha subdelegación, precisamente para investigar y erradicar la presunta corrupción del personal con la delincuencia organizada; sin embargo, la situación que prevalece es la misma y al menos la “lluvia” de narcoaviones continúa en la zona, pese a los esfuerzos de militares y los marinos, independientemente de otro tipo de ilícitos del orden federal que existen en la entidad como extorsiones, secuestros, trata de personas.

En opinión de expertos en narcotráfico, las aeronaves cargadas con toneladas de drogas que llegan a México no son un fenómeno nuevo, pero su creciente frecuencia sí, debido en ocasiones a la falta de controles efectivos por la carencia de instrumentos y herramientas necesarias, como radares, aunque otras veces por la corrupción de las autoridades.

NARCOJETS EN LA FRONTRA SUR DE QUINTANA ROO
A fines del mes de enero del presente año, en la carretera Vía Corta a Mérida, en el municipio de Bacalar, Quintana Roo, aterrizó un jet de manera forzosa y después fue abandonado.

Horas antes se reportó un enfrentamiento entre militares y los tripulantes del aparato aéreo.

Según los primeros reportes, a las 03:30 horas, en la pista de aterrizaje de la región en la comunidad Nueva Israel, los militares se percataron de la presencia del jet, por lo que un convoy del Ejército acudió a interceptar la aeronave lo que originó el enfrentamiento.

En la acción resultó muerto el general José Luis Vázquez Araiza, jefe de la XXXIV Zona Militar y heridos los cabos Librado y Celestino. No hubo detenidos ni reporte de que se haya visto descender de la nave a las personas que la tripulaban.

En el lugar fueron aseguradas, además del avión bimotor, que fue modificado para soportar más de una tonelada de droga, dos camionetas, 201 paquetes con droga, dos armas largas y bidones con turbosina y gasolina.

En un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional, se especifica que la matrícula del avión bimotor asegurado, procedente de Sudamérica, es norteamericana, además de que en días pasados estuvo en los aeropuertos de Monterrey, Tampico, Toluca y Chetumal, sin que fuera detectado su uso ilícito.

Según un comunicado de la Fiscalía General de la República (FGR), ejerció la facultad de atracción y dio comienzo a las indagatorias; sin embargo, hasta la fecha no ha informado nada al respecto y de ello ya transcurrieron nueve meses.

Investigaciones periodísticas de Sol Quintana Roo en torno a la aeronave Hawker 800 matrícula N796CH, muestran su itinerario, a qué empresas ha pertenecido, en qué años y cuáles han sido sus proyectos de viaje, según consta en documentos de Aeronáutica Civil.

De acuerdo con el registro de actividades, el miércoles 23 de septiembre de 2020 fue visto por primera vez a las 01:16 pm CDT, en Ciudad del Carmen, Campeche, de donde salió rumbo a la ciudad de Chetumal, donde aterrizó a las 1:41 minutos del mismo día.

Dos semanas antes, el 11 de septiembre de 2020, voló de la Ciudad de México hacia Tampico Madero, Tamaulipas, de acuerdo con el registro del radar y Aeronáutica Civil, respectivamente.

Según el historial de vuelo registrado, el jet abandonado en Chetumal había pertenecido a cuatro empresas. En 2004 realizaba vuelos privados para Palmetto Aviation, según consta en el registro del 16 de julio de 2004.

También perteneció a la empresa aérea James C. Richardson, como consta en el registro del 30 de junio de 2004, así como a Pierre Foods, registrado el 8 de marzo de 2004 y finalmente, a Columbia Hill Aviation, como consta en el registro de 2 de enero de 2001.

Su última actividad, vuelo o ubicación conocida o registrada, fue de Toluca, México, hacia Chetumal, Quintana Roo, registrada a las 9 horas.

La madrugada del pasado lunes 21 de septiembre se inició un operativo binacional al detectar el Sistema Nacional de Vigilancia Aérea de México una aeronave cuyo vuelo era clandestino.

En otro de los casos, un aparato aéreo fue detectado en el sur de Quintana Roo, en la zona de la ribera de Río Hondo y posteriormente al filo de las 9 de la mañana fue ubicada en una antigua autopista de Santa Martha, en el Distrito de Orange Walk, Belice.

Presuntamente, el aparato ya había logrado cruzar la frontera aérea con un cargamento de droga, pero al ser descubierta en suelo mexicano se vio precisada a regresar a Belice y tuvo que realizar un aterrizaje forzoso en la autopista, siendo descubierta y asegurada por el Departamento de Defensa de Belice.

En otro caso, también ocurrido en el vecino país de Belice fue localizado un avión cerca de las aldeas Carmelita y Crooked Tree, el cual se presume fue usado para transportar droga. El avión con el registro HS 125 HAWKER SIDLEY es similar a otros que se han utilizado para transportar material ilícito en el vecino país de Belice.

El lunes 5 de octubre, otro narcojet fue localizado, semicalcinado, en una pista clandestina localizada entre las comunidades de Sergio Butrón Casas, Ucum y Carlos A. Madrazo.

Previamente, la Fuerza Aérea Mexicana a través de la Base Aeronaval de Chetumal, intensificó sus patrullajes aéreos ante la alerta de posibles narco aterrizajes.

De acuerdo a informes de la Dirección General de Aereonáutica Civil, ese tipo de aereonaves se encuentra entre los más utilizadas para traficar droga, ya que es fácil obtenerlas, son difíciles de rastrear y detectar por su vuelo raso, tienen mayor capacidad de carga y combustible, lo que les da más autonomía de vuelo, además de que son más veloces que las avionetas.

Asimismo, se realizan recorridos terrestres por parte del Ejército Mexicano para detectar el acondicionamiento de pistas y a aquellos que pudieran estar relacionados con la delincuencia organizada.

De esa manera, se ha notado gran número de aeronaves que surcan el espacio aéreo, lo que ha llamado la atención de los chetumaleños, por lo que Sol Quintana Roo logró conocer que estos sobrevuelos son patrullajes que se realizan en distintos horarios, tanto de día como de noche, a fin de interceptar vuelos que trafiquen con droga y así evitar que logren aterrizar.

Por otra parte, personal militar del grupo de inteligencia también realiza su labor de campo a fin de ubicar refugios, como ranchos o viviendas que son utilizados por los narcotraficantes para esconder la droga o armamento que logran sacar los narcos de las aeronaves.

Investigaciones de Inteligencia Militar revelan que tanto en la ribera del Río Hondo, como en la vía corta a Mérida; en el municipio de Bacalar, el Cártel de Sinaloa es el principal receptor de drogas que traen los narcoaviones las cuales incendian posteriormente para borrar evidencias, ya que la mayoría son robados en ciudades de México o de Sudamérica para el trasiego de droga.

De igual forma, autoridades federales y militares atendieron llamadas de campesinos de supuestos aterrizajes de avionetas con cargamentos de drogas en el rancho La Noria o en sus inmediaciones, situado a la vera del camino Chetumal-Xpujil entre las localidades de Carlos A. Madrazo y Sergio Butrón Casas; sin embargo, hasta ahora no se ha logrado asegurar ninguna aeronave.

El 5 de julio, un helicóptero artillado de las fuerzas armadas abrió fuego contra un jet Hawker 700, presuntamente tripulado por miembros del crimen organizado. La SEDENA reportó que confiscó la aeronave y un vehículo que transportaba droga, mismos que fueron puestos a disposición de la FGR.

El miércoles 7 de este mes, una avioneta fue detectada por la Fuerza Aérea Mexicana en la frontera sur y se inició su persecución que se prolongó durante cinco horas hasta que se desplomó en La Botija, municipio de Amealco, Querétaro.

Esta Institución reportó que en un año, aeronaves de hélice o turbina han sido utilizadas al menos en siete ocasiones para transportar enervantes y tras aterrizar y descargar la droga en estados del Caribe mexicano, son destruidas para evitar que puedan ser rastreadas.

La información proporcionada por las fuerzas castrenses, si no es profusa sí es concreta y da el fundamento legal necesario para que la FGR lleva a cabo las investigaciones respectivas; sin embargo, ésta última, al menos los altos funcionarios de la Subsede en Quintana Roo, no informan ni reportan nada en cuanto al avance de sus indagatorias.

BELICE, IGUAL
La última fue una aeronave que aterrizó en una zona cercana a la reserva forestal de Crokeed Tree en donde se la encontró, pero sin ningún tipo de carga.

De momento, personal de la Fuerza de Defensa de Belice mantiene un despliegue en la reserva forestal de Crokeed Tree en el distrito de Orange Walk, por supuesto aterrizaje de una aeronave ilegal.

La aeronave fue detectada por radares beliceños y mexicanos. Salió de las rutas aéreas internacionales y se internó en reserva forestal de Crokeed Tree.
AM.MX/fm

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