1xBet comparte los nombres de los mejores francotiradores en campeonatos mundiales, quienes no eran considerados favoritos pero lograron sorprender al mundo.
Sandor Kocsis, 1954, 11 goles
En la Copa del Mundo en Suiza, la selección nacional de Hungría, para la cual jugaba Kocsis, era la favorita indiscutible – en ese momento, los húngaros eran los actuales campeones olímpicos (en ese entonces, aún no se enviaban selecciones juveniles a los Juegos Olímpicos) y no habían perdido en partidos oficiales desde mayo de 1950. Sin embargo, otro jugador del Equipo Dorado, el capitán de la selección nacional húngara, Ferenc Puskas, era el principal contendiente para el título de mejor goleador del campeonato. Pero en el segundo juego del campeonato, Puskas sufrió una grave lesión después de una falta sucia del defensor alemán occidental Werner Liebrich y se perdió los siguientes dos juegos. La principal esperanza de Hungría era Kocsis – atacante técnico, rápido y excelente en el juego aéreo del Budapest Honvéd FC. Sandor no decepcionó: en cinco juegos del campeonato, anotó 11 goles (el segundo mejor resultado en la historia de la Copa del Mundo). Los brasileños, a quienes Kocsis anotó dos goles en los cuartos de final, estaban tan enojados con él que intentaron golpear a Sandor directamente en el campo después del silbato final. Como resultado, los espectadores que asistieron al Estadio Wankdorf presenciaron la pelea de fútbol más épica en la historia de la Copa del Mundo, también conocida como La Batalla de Berna.
Grzegorz Lato, 1974, 7 goles
Podemos apostar a que nunca ha escuchado hablar del club de fútbol Stal Mielec, donde Lato pasó la mayor parte de su carrera. Sin embargo, lo mismo se podría decir de la selección nacional polaca antes de la Copa del Mundo: ¡fue su primer campeonato mundial después de que terminó la Segunda Guerra Mundial! En 1974, las Águilas Blancas se convirtieron en una sensación en el campeonato alemán y se llevaron el tercer lugar, ganando el partido decisivo contra Brasil con Jairzinho y Roberto Rivellino en su equipo. Uno de los principales creadores de este éxito fue Grzegorz Lato, quien se convirtió en el mejor delantero del campeonato y en un héroe nacional de Polonia. Aunque Bolek no tenía una técnica sobresaliente, compensó esto con alta velocidad e impresionantes instintos anotadores: ¡Lato anotó 4 de sus 7 goles estando en el área del portero contrario!
Salvatore Schillaci, 1990, 6 goles
Previo a la Copa del Mundo, Schillaci, quien jugaba para la Juventus, no era el delantero principal de la Squadra Azzurra – antes del mundial, había jugado solo dos partidos para la selección nacional, incluido un encuentro para la U21. Quizás su mapa de calor permaneció apenas visible cerca del banquillo, pero en su primer partido contra Austria, los italianos no lograron abrir el marcador durante mucho tiempo, por lo que el público en el Estadio Olímpico estaba furioso. El entrenador Azeglio Vicini decidió arriesgarse: en el minuto 75, sacó a Toto en lugar del delantero central Andrea Carnevale. Tres minutos después, Schillaci marcó el gol de la victoria, e Italia respiró aliviada. Luego comenzó el momento de gloria de Salvatore: hizo un excelente trabajo en cada uno de los partidos siguientes, excepto en el encuentro contra EE. UU. Lamentablemente, Schillaci solía anotar solo un gol por partido, y en la semifinal contra Argentina, esto no fue suficiente: el partido terminó 1-1, y el entrenador eligió a otros jugadores para la tanda de penales (creo que Italia todavía quiere saber la razón de esta inexplicable decisión). Como resultado, Argentina ganó, pero a Schillaci se le confió ejecutar el penal decisivo en el partido por el tercer lugar contra Inglaterra, quedando 4 minutos para el final del tiempo reglamentario con el marcador 1-1. Toto no defraudó, Italia ganó con un marcador de 2-1 y se llevó el bronce.
Davor Šuker, 1998, 6 goles
Para el verano de 1998, Davor era jugador del Real Madrid, un superclub que había ganado la Liga de Campeones 20 días antes del inicio de la Copa del Mundo. En el partido final, Šuker, de 30 años, no fue el personaje principal y entró al campo solo en el minuto 89. Además, la selección nacional de Croacia llegó a su primer Mundial, por lo que no se esperaba nada sobrenatural de ella. Sin embargo, los croatas obtuvieron el tercer lugar, y el elegante zurdo Šuker anotó un gol en seis de los siete partidos.
James Rodriguez, 2014, 6 goles
Si seis meses antes del Mundial alguien hubiera preguntado a los colombianos quién podría convertirse en el máximo goleador de la selección nacional en el Mundial, la gran mayoría y 1xBet habrían nombrado al delantero de Mónaco Radamel Falcao. Esas predicciones no estaban destinadas a cumplirse: en enero de 2014, Falcao sufrió una rotura de ligamento cruzado y no viajó a Brasil. James Rodríguez, su compañero en Mónaco, un centrocampista ofensivo que nunca había demostrado un alto rendimiento, tuvo que liderar a los colombianos hacia la victoria. Y entonces el número diez de Los Cafeteros demostró que no solo puede liderar el juego y asistir, sino también terminar ataques en cada partido. Es de destacar que Rodríguez marcó goles para todos los gustos: con un disparo de larga distancia, de cabeza, de penal, desde la zona del portero y poniendo al defensor de la selección japonesa de espaldas tras una hermosa finta.
Garrincha, 1962, 4 goles
Tras su triunfo en Suecia en 1958, la selección brasileña llegó a defender el título en Chile. Incluían 9 campeones del mundo y un nuevo entrenador, Aymore Moreira. El técnico tuvo que jugar sin Pelé, quien se lesionó en el segundo partido, y como resultado, ese se convirtió en el campeonato de Garrincha. La Seleção ganó el grupo con facilidad, pero sin mucho brillo, sin embargo, en los playoffs demostraron un juego de campeonato gracias a la actuación de Vava y la ingeniosidad de nuestro héroe. En los cuartos de final con Inglaterra, la Alegría del Pueblo hizo un doblete y asistió a Vava. En las semifinales con Chile, Garrincha anotó de nuevo 2 + 1 (Vava tuvo un doblete). Brasil ganó su segundo oro en la Copa del Mundo al vencer a Checoslovaquia, y Mané se convirtió no solo en el mejor jugador y goleador del torneo, sino también en quien más tarde sería llamado el Charlie Chaplin del fútbol mundial y el mejor extremo derecho de la historia.
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