CIUDAD DE MÉXICO, 17 de noviembre (AlMomentoMX).- Si bien “Despacito”, de Luis Fonsi, se llevó la noche al llevarse más gramófono a casa, la edición 18 de los Grammy Latino adoptó un tono político con los discursos que protagonizaron Residente, Alejandro Sanz y Lin-Manuel Miranda.
Luis Fonsi ganó en las categorías Grabación del Año, Canción del Año, Fusión/Interpretación Urbana y Video Musical Versión Corta. Mientras que el salsero Rubén Blades se llevó el mayor galardón de la noche: Álbum del Año con Salsa Big Band.
En tanto, René Pérez, ‘Residente’, el más nominado de la noche, se fue con dos Grammys dentro de la categoría de música urbana por su primer disco en solitario.
‘Residente’ pidió “dejar de valorar la música en función de los números que puede reportar o incluso que maneja la industria. Los músicos no somos números, ni cifras ni datos. Hacemos cosas que sentimos y las echamos al medio. Dejen de hablar de millones de visitas y hablen de quién hizo la música, de los productores”.
La chilena Mon Laferte recogió al borde de las lágrimas el primer Grammy de su carrera por “Amárrame”, como mejor canción alternativa. El mejor álbum de música alternativa fue Jei Beibi, de Café Tacvba. El mejor álbum de rock, La gran oscilación, de Diamante Eléctrico. El mejor álbum folclórico, Musas, de Natalia Lafourcade. Y el mejor álbum pop-rock, Mis planes son amarte, de Juanes.
El otro gran triunfador de la noche fue Vicente García. Con el disco A la mar se llevó tres Grammys, al mejor cantautor, al mejor nuevo artista y a la mejor canción de estilo tropical. Y Andrés Calamaro se llevó el tercer Grammy de su carrera (mejor canción rock, “La noche”). Shakira se llevó el Grammy a Mejor Álbum vocal pop Contemporáneo por El dorado.
Alejandro Sanz, después de una gala en la que recibió grandes elogios, volvió a subir al escenario como Persona del año. El madrileño fue homenajeado por la industria de la música latina. En su actuación, logró un momento de impacto al salir a cantar con un grupo de dreamers, jóvenes indocumentados que no conocen otro país más que Estados Unidos y cuyo futuro está seriamente amenazado por el actual Gobierno.
“No puede ser que en este siglo las leyes se hagan en despachos, donde en lo menos que se piensa en la vida, en el futuro de los millones de estos chicos que llegaron a este país, que ahora les niega una oportunidad.
“Por eso les digo que por cada piedra con la que se construye un muro, hay un sonador, al que nada va a parar”, añadió al reunirse con la prensa después de recibir su estatuilla.
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