*Narra con puntualidad qué va a ocurrir con la civilización que confunde comercio con producción. Nos transforman en una sociedad de fenicios, y nos mostramos incapaces de decir esta boca es mía
Gregorio Ortega Molina
La puntualización de Arturo Herrera, encargado del despacho de Hacienda, al presentar el paquete económico 2021, indica la manera en que hemos de modificar el tradicional concepto de salud. El crecimiento económico depende de la vacuna anticovid-19.
La salud, entonces, es algo más que estar físicamente sano, lo que requiere medicina preventiva y alimentación puntual y saludable; de lo contrario seremos, como de hecho somos ya, un país de disminuidos en su capacidad de reflexión, en la creatividad, en la fuerza creativa de los artesanos, en la habilidad de los obreros, en la resistencia de los campesinos para que puedan asegurarnos el alimento.
Como lo apuntamos ayer, el desempleo y la salud caminan de la mano, porque no tener trabajo empobrece a la familia y destruye el estado de ánimo de millones de mexicanos, que lo mismo se suicidan que se deciden por incorporarse a los grupos de sicarios, o solamente a robar por hambre, lo que reinicia el ciclo de los desaciertos y favorece la permanencia de la sociedad de privilegios, en la que los que se alimentan y tienen salud viven, los que carecen de lo uno y lo otro, simplemente sobreviven, agazapados, rencorosos, dispuestos a tomar por asalto cualquier oportunidad que les brinde un descuido o una actitud favorable de los de arriba.
Las vacunas como medicina preventiva -las del cuadro básico de salud y la que ahora nos urge- nada más son la piedra de toque del inicio del desarrollo personal como seres humanos, con todas las oportunidades abiertas para que podamos contribuir al enriquecimiento de nuestra cultura, nuestra patria, nuestra libertad y nuestra economía, porque de lo contrario nos transformamos en lastre para nosotros mismos, para la familia y para el presupuesto.
La salud y las vacunas están hermanadas, son parte del mismo proyecto en la transformación total del mundo en que nacimos. Ciertos conceptos de vida que nos dieron aliento, que nos invitaron a creer que estuvimos construyendo el futuro, carecen hoy de todo sentido, nada significan, como nada significa el mundo de las leyes, o la oferta y la demanda. Las reglas del juego son otras, y todavía no están claras.
Hemos de poner atención al epígrafe que Joël Dicker escribe para el capítulo uno de Los últimos días de nuestros padres:
Que todos los padres del mundo, a punto de
abandonarnos, sepan el gran peligro que corremos
sin ellos.
Nos enseñaron a caminar, y ya no caminaremos.
Nos enseñaron a hablar, y ya no hablaremos.
Nos enseñaron a vivir, y ya no viviremos.
Nos enseñaron a convertirnos en Hombres, y ya ni
siquiera seremos Hombres. Ya no seremos nada.
Viviane Forrester no escribió un ensayo llamado El horror económico, sino una obra de anticipación en la que se narra con puntualidad qué va a ocurrir con la civilización que confunde comercio con producción. Nos transforman en una sociedad de fenicios, y nos mostramos incapaces de decir esta boca es mía.
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Recuento del Tratado Internacional de Aguas (Lázaro Cárdenas, 1935). Terminado, a juicio del gobierno, el estudio sobre el uso y distribución de aguas corrientes internacionales, se ha invitado al gobierno de los Estados Unidos a iniciar negociaciones para llegar cuanto antes a fórmulas definitivas.
“Bajo la vigilancia de la Comisión Internacional de Límites entre México y los Estados Unidos de Norteamérica y de acuerdo con el Tratado celebrado con este último país para la rectificación del cauce del Río Bravo en el Valle de Juárez…”.
Compra consolidada de medicamentos en el exterior. ¿Puede alguien con autoridad moral dar cuenta de cómo va este asunto? ¿Compraron? ¿Tienen recursos para ello? ¿Dejarán a los usuarios del sistema de salud del Estado sin medicinas? Pero eso sí, Marcelo Ebrard tiene su grupo que investiga la posibilidad de crear vacuna anti Covid-19, adscrito a Relaciones Exteriores.
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