domingo, diciembre 1, 2024

LA COSTUMBRE DEL PODER: Ley Zaldívar, ¿hacia el gobierno de los jueces en 2024?

*Sí, es deseable el gobierno de los jueces, porque pudiera traer la auténtica, la verdadera transformación del ser del mexicano, para modificar nuestro comportamiento entre nosotros, y recuperar esa unidad nacional que se perdió cuando dejó de existir el nacionalismo mexicano

 

Gregorio Ortega Molina

La decisión de publicar en el Diario Oficial la conocida como Ley Zaldívar, deja claro que es un capricho presidencial, pero ¿a qué obedece?, ¿qué pretende? Imposible conocer el pensamiento del señor López.

     Las suposiciones sustituyen al análisis de lo cierto y verificable. ¿Es imposible, constitucionalmente, que el presidente de la SCJN en funciones, salte de ese cargo a la candidatura presidencial postulado por Morena? Tengo entendido que nada lo impide sino la voluntad, o no, de hacerlo.

     Dada la formación evangélica del presidente de la República no es una propuesta descabellada. Debe conocer la Biblia, si no en profundidad, sí por encima. ¿Piensa en Los Jueces del Antiguo Testamento? Es factible que en el esquema sí, en los yerros y las maneras no. Los profetas dejaron la tierra hace dos mil años, al menos; la distancia entre los jueces bíblicos y los de hoy es sideral. Vamos, ni siquiera cabe el ejemplo de la viuda.

     Hoy, en los tribunales y juzgados, en el secreto de los despachos, en medio de las componendas que establecen las reglas del juego en la politización de la justicia cuando se requiere de una sentencia política, no se invoca a la divinidad ni al corazón de los hombres. Las leyes y las normas están escritas, los jueces las aplican, dejaron de interpretarlas y se distanciaron de su propia dimensión humana, porque las amenazas sobre sus vidas y las vidas de sus familiares son ciertas.

     AMLO aspira a la reforma del Poder Judicial, pero Ricardo Monreal y el ministro Lelo de Larrea se equivocan en interpretar los deseos de su patrón, no es en el procedimiento ni en la letra de la ley, sino en el corazón del juzgador al momento de decidir, lo que es imposible, porque habría que transformarlo en su manera de percibir el mundo, en su carácter, em la esencia de su ser.

     Sí, es deseable el gobierno de los jueces, porque pudiera traer la auténtica, la verdadera transformación del ser del mexicano, para modificar nuestro comportamiento entre nosotros, y recuperar esa unidad nacional que se perdió cuando dejó de existir el nacionalismo mexicano.

     Simone Weil lo estudió con paciencia: “En el transcurso de los siglos que hace que está en contacto con los delincuentes sin purificación compensadora el sistema de la justicia penal se ha contaminado del mal de tal manera que una condena impone, con gran frecuencia, el traspaso al condenado del mal del sistema penal, incluso si se trata de un culpable y su pena no es desproporcionada. Los criminales inveterados son los únicos a los que el sistema penal no puede hacer daño. A los inocentes les causa un daño espantoso”.

     Dudo que AMLO siquiera se detenga a cavilar en lo anterior, él piensa en la justicia como instrumento de poder, no como único método de dar a cada cual lo suyo.

www.gregorioortega.blog                                                   @OrtegaGregorio

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