*No soy partidario del portazo, pero ante nuestra propia crisis, grave, es urgente encontrar soluciones intermedias u otras alternativas
Gregorio Ortega Molina
Durante el fin de semana anterior ingresó al territorio nacional una nueva caravana de expulsados de sus naciones. Las interrogantes sobre los motivos que aglutinan a sus integrantes para caminar a la frontera sur de Estados Unidos, y la frontera norte de México, continúan inciertos.
¿Son movidas para servir a los intereses político-electorales de Donaldo Trump? ¿Huyen realmente de la violencia? Lo del hambre no se cuestiona, sólo hay que verles la mirada, observarlos cómo mantienen sus bocas abiertas, siempre a la espera de algo que contribuya a solucionarles la vida, o al menos hacerla llevadera.
También durante el último fin de semana me hacen llegar la información que transcribo, por ser del interés de todos los mexicanos: Con una dosis de cinismo, el gobierno de López Obrador acordó que solicitantes de asilo en Estados Unidos (EUA) permanezcan en México mientras esperan solución a sus casos. El gobierno mexicano ofrecería “visas humanitarias” con autorización para trabajar, para que los solicitantes pudieran sobrevivir en el país mientras esperan. Esta medida, llamada Quédate en México viola las leyes nacionales e internacionales de EUA, y a México lo convierte en cómplice de una política que viola el derecho de protección internacional.
Las implicaciones son enormes. Por ejemplo, en 2018 más de 93,000 personas pidieron asilo en la frontera entre México-EUA. Bajo la nueva política, estas personas se tendrían que quedar en México y sus casos podrían tardar entre 6 meses y 4 años. No es claro aún como la nueva política podría ser implementada, pero sí surgen muchas preguntas:
¿La medida incluye a niñas, niños, madres y padres solos o con hijas e hijos?
¿EUA promete más fondos para alojar y proteger a las personas mientras esperan sus casos?
¿Cómo van a cumplir con la obligación del debido proceso en EUA -acceso a representación legal, traductores, etc.?
¿Aplica para todas las nacionalidades menos la mexicana?
México debe fortalecer su sistema de protección internacional y debería de tener programas de recepción para migrantes que quieran vivir en el país, y EUA tiene la responsabilidad de fortalecer su sistema de protección internacional, no es una cosa por la otra. Ante la firma del Pacto Mundial sobre Migración y las declaraciones sobre una nueva política migratoria que respete los derechos humanos en México, la noticia es lamentable.
No soy partidario del portazo, pero ante nuestra propia crisis, grave, es urgente encontrar soluciones intermedias u otras alternativas, a manera de obligar al gobierno de Donaldo Trump a cumplir con los acuerdos internacionales y la protección de derechos humanos.
www.gregorioortega.blog @OrtegaGregorio