jueves, marzo 28, 2024

LA COSTUMBRE DEL PODER: Fin de fiesta con anuncio de narco-Estado y poder militar

* El silencio cómplice de la oposición para defenderse de acusaciones que nunca fueron probadas, y el no desmentido “acuerdo de impunidad” establecido con Enrique Peña Nieto, son perlas que exhiben la pusilanimidad de los que fueron echados del poder. Los violaron, y ni siquiera dijeron: “esta boca es mía”

* ¿Qué motiva la urgencia de “decretar” seguridad nacional las obras de infraestructura de la 4T? ¿Es el camino al narco-Estado?

* El verdadero poder del Ejército no está en el mando de efectivos y la presencia militar, sino en el control y administración de buena parte de la Hacienda Pública. Esto es militarización

 

Gregorio Ortega Molina

 

Durante los tres años de un Congreso sumiso, carecieron de la inteligencia, la imaginación y la habilidad suficientes para sentar las bases de su permanencia en el poder. El camino no era sencillo, pero tuvieron todo.

Para la 4T y su gobierno les resultó imposible asentarse y sentarse para gozar del triunfo, pues sobre las sillas por ellos elegidas, dejaron los trozos de lo que creyeron que debía romperse para iniciar un México novedoso en la forma, y fiel a él mismo en el fondo. La corrupción no se combatió, y tampoco crearon las instituciones para sustituir unas por otras. A muchos de sus gobernados los dejaron huérfanos, solos, sin asideros para obtener los medicamentos contra el cáncer para sus hijos; sin guarderías, para con confianza dejarlos mientras acuden a ganarse la vida; sin ningún sentimiento de seguridad pública y con la horrible certeza de que la procuración y administración de justicia están más politizadas que nunca.

Pero no lo hicieron solos, el silencio cómplice de la oposición para defenderse de acusaciones que nunca fueron probadas, y el no desmentido “acuerdo de impunidad” establecido con Enrique Peña Nieto, son perlas que exhiben la pusilanimidad de los que fueron echados del poder. Los violaron, y ni siquiera dijeron: “esta boca es mía”.

Carlos Slim, junto con otros varios constructores, ingenieros y arquitectos que contribuyeron al diseño del AICM en Texcoco, tampoco negaron las acusaciones de corrupción. ¿Cuál complicidad con el gobierno anterior? El aeropuerto Felipe Ángeles, de dimensiones e importancia inferiores, ya consumió más presupuesto que el destruido por el odio y la codicia de los que llegaron, con el agravante de que con nada lo sustituirán.

El sistema de fabricación y distribución de medicamentos fue desarticulado, los laboratorios mexicanos disminuidos y el desabasto garantizado, y nada hicieron para reorganizarlo y no dejar a los derechohabientes de los servicios de salud del Estado, sin esas medicinas necesarias para mantenerse saludables.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos, el servicio de noticias del Estado y el Conacyt son instituciones jaqueadas y, por el momento, inservibles, pues sólo obedecen a los intereses de sus transitorios responsables, desaparecen dinero, mucho dinero, como aparentemente sucede con la doctora María Elena Álvarez-Buylla Roces, por el momento es incapaz de dar cuenta del destino de un mil millones de pesos, mientras los investigadores de esa institución son acusados de delincuencia organizada.

El acceso a la información no existe. Todo lo han puesto en reserva, y los contribuyentes nada sabemos de cómo han sido aplicados los crecientes y desorbitados presupuestos de la refinería de Dos Bocas, y los sistemas ferroviarios del sureste: tren maya y ferrocarril transístmico. Nada más informan que el presupuesto original se modificó.

La cereza del pastel que, al menos, es señal de corrupción moral, es la permanencia de Carlos Slim en el cenáculo de Andrés Manuel, pues el ingeniero, que formó parte del AICM en Texcoco, que fue esencial en la construcción de la línea dorada, tan campante continúa recibiendo contratos.

===000===

Desaparecen las Tandas del Bienestar, imposible dar cuenta puntual de lo logrado con las rifas de lo custodiado por esa institución que aspira a regresar al pueblo lo robado. Nadie quiere percatarse, con los ojos bien abiertos, de que el Estado de Derecho entró en liquidación y es la delincuencia organizada la que gobierna a trasmano.

La información publicada indica que, en el Diario Oficial de la Federación, el presidente Andrés Manuel López Obrador podrá declarar de interés público y seguridad nacional todo proyecto u obra, a cargo del mismo gobierno federal, que esté asociado a infraestructura considerada estratégica o prioritaria. ¿Quién y cómo se determina lo prioritario? ¿No lo son los medicamentos de los niños con cáncer, o la vacunación, o la seguridad pública de los gobernados?

“El acuerdo correspondiente fue publicado con las rúbricas del Presidente y los miembros de su gabinete. La redacción y el objetivo de tal norma generaron de inmediato rechazo en diferentes ámbitos, por considerar que constituyen una concentración de poder absolutamente discrecional.

“Además de la enumeración específica de los rubros considerados estratégicos, se abre un abanico para aquellos que, por su objeto, características, naturaleza, complejidad y magnitud, se consideren prioritarios y/o estratégicos para el desarrollo nacional (https://bit.ly/3xbAehz). Es decir, casi todo aquello que a juicio de Palacio Nacional encaje en esa amplísima definición”. Es la opacidad absoluta para cimentar el narco-Estado.

===000===

Nos hemos dejado engañar como chinos. Echan sobre nuestros hombros una combinación letal: milicia y narco.

¿Quieren quejarse de la militarización? Nos la dejaron Irineo como si fuese un edema, porque el verdadero poder de los generales no radica en el mando de los efectivos, en la presencia territorial, no, señores, está en el control y administración de la Hacienda Pública. Ya tenían mucho, pero con la entrega del servicio aduanal les entregaron la tajada del león. En reconocimiento a Raquel Buenrostro, he de decir que me indican que defendió como leona lo que nunca debió entregarse. La pudrición está cabrona.

www.gregorioortega.blog
@OrtegaGregorio

Artículos relacionados