Por José Cruz Delgado
*Justicia para Bernardo, una demanda social.
El homicidio de Carlos Manzo hizo que las autoridades federales y estatales olvidaran al mártir de los productores de limón del Valle de Apatzingán, otro homicidio que causó consternación a nivel nacional e internacional, fue otro gran líder al que le arrebataron la vida por levantar la voz contra la presencia y extorsión de presuntos criminales al igual que Carlos Manzo, presidente municipal de Uruapan.
A poco más de un mes de su artero asesinato ya nadie habla de él, menos las y los diputados de Morena y aliados, bueno, esos ni siquiera mostraron respeto y hasta fiesta hicieron, según se dijo, el día 21, un día antes de la celebración de la sesión solemne en Apatzingán en la que se celebra la Constitución de 1814.
Aunque sí hubo inconformidad de algunas y algunos legisladores que prefirieron abandonar el recinto habilitado como signo de protesta, mientras que el resto, incluyendo el gobernador morenista Alfredo Ramírez Bedolla, hipócritamente hablaban de justicia para Bernardo, cuando ninguna y ninguno levantó la voz cuando pedía auxilio. También lo dejaron sólo, lo dejaron morir por omisión.
Fue un lunes 20 de octubre que el homicidio de Bernardo Bravo Manríquez corrió como reguero de pólvora, pues era un reconocido líder limonero a nivel nacional que se rebeló contra los delincuentes que cobraban extorsiones y contra la terrible inseguridad no sólo en el municipio de Apatzingán, sino en toda la región, y al igual que Manzo, pidió muchas veces ayuda federal y se la negaron, fue hasta ocho días después de su muerte que Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana fue para Apatzingán donde sostuvo una reunión con los citricultores de la región y aseguró que el homicidio de Bernardo no quedaría impune, pero a la fecha los autores intelectuales no han sido detenidos.
También hubo marchas de protesta por su asesinato y condena nacional, pero ha sido olvidado por las altas esferas gubernamentales, pero vive en el corazón de la Tierra Caliente y siempre será recordado como lo que fue y sigue siendo: un gran hombre y un gran líder, cuya vida le arrebataron por luchar por su gente y contra la inseguridad, al igual que Carlos Manzo, también se le debe hacer justicia, es una demanda social.
Cabe señalar que la crisis de inseguridad en los municipios de Apatzingán y Buenavista se ha intensificado por la lucha que libran grupos del crimen organizado que buscan el control de la zona, mientras que la alcaldesa
apatzinguense, Fanny Arreola Pichardo fue rebasada por la inseguridad y minimizada por las autoridades federales, o sea, no le tienen confianza.
