miércoles, abril 24, 2024

ISEGORÍA: ¿Por qué López Obrador?

Sergio Gómez Montero*

Si salgo un día a la vida

mi casa no tendrá llaves:

siempre abierta, como el mar

M. Ana: “Mi casa y mi corazón”

Me late el corazón muy fuerte: ya está aquí, muy cerca, el primero de diciembre de este año y, ahora sí, constitucionalmente, será presidente del país Andrés Manuel López Obrador luego de dos intentos fraudulentamente malogrados, seis meses casi de compartir gobierno y después que el 53% de los votantes dijimos ¡Basta! y nos inclinamos por él para que dirigiera el país, porque ya no había de otra. Hay júbilo en el país, sin duda, porque huele a fiesta, porque se siente que, al fin, las etapas amargas del neoliberalismo llegaron a su término y un nuevo país se vislumbra, no importa que ahora, aún, no esté totalmente definido y poco a poco se vaya estableciendo; pero está ahí, presente y actuante. Mas, realmente, ¿qué país se vislumbra?

Sin duda, ni negarlo, es un país difícil el nuestro hoy por la depredación a que ha sido sometido, digamos conservadoramente, desde 1988 a la fecha, cuando particularmente sus recursos naturales (agrícolas, energéticos. mineros) se explotaron irracionalmente, a la vez que el gobierno actuó por lo común de una manera corrupta e impune, lo que ocasionó la más dispar e injusta distribución del ingreso: en donde el 1% de la población acumula lo mismo que el 70% de la población, y en donde ese mismo porcentaje de la población sufre algún grado de pobreza. El tejido social, pues, endeble, ha sido fácilmente perforado por la inseguridad, el narcotráfico, la prostitución y el alcoholismo. Si a eso se le puede llamar país, a eso hay que gobernar. El problema es cómo, sin romper más de lo que ya de por sí está al tejido social.

Se ha visto, de julio a estos días, que el gobierno del país no será fácil. Todos vamos a ceder en algo (en nuestros sueños, en nuestras esperanzas, en nuestros deseos) porque precisamente levantar al país del piso donde está requiere que todos, absolutamente todos, pongamos de nuestra parte para salir adelante unidos, pues esa pareciera ser la idea del próximo gobierno: que sin luchas internas muy intensas se pueda construir otro país, en donde a través del trabajo de todos, pero sin la corrupción de nadie pueda levantarse un país en donde todos y para todos existan recursos suficientes para vivir en paz y sobre todo con pleno respeto hacia nuestro medio ambiente.

Bueno, esos son los deseos; la realidad, la que está aquí, junto a nosotros, no pareciera pintar así, de allí el deseo de que a través de la gobernanza el país sí pueda ser distinto pero en un ambiente de tranquilidad y armonía social. Que el gobierno, sin imponer, nos pueda convencer a todos que más nos vale colaborar en la búsqueda del país que ya López Obrador ha delineado y precisará este próximo primero de diciembre. Esa fecha nos va a convocar a construir el país que él quiere y que se supone queremos la mayoría de los habitantes del país. Ese día, el primero de diciembre, conoceremos la dimensión de la tarea y cada quien dirá si le entra o no le entra.

¿Cambios? Cambios va a haber, sin duda, y más nos vale estar preparados para ello. El primero de diciembre comienza, pues, House of cards en su versión a la mexicana.

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

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