miércoles, abril 24, 2024

ISEGORÍA: Libertad de expresión, ¿de a cómo no?

Sergio Gómez Montero*

-A lo mejor ese pez colorado es guerrillero.
-Yo juro haberlo visto de gato en azoteas.
-Y yo, corriendo por los hilos del teléfono

H. Constantini: “Che”

 

La historia de días pasados, como todas las viejas historias del periodismo chayotero, al que siempre estuvo apegado Ciro Gómez Leyva, en donde la bancada de Morena trató de ser cuestionada y particularmente el camarada Pablo Gómez, lo hace pensar a uno si ese periodismo tramposo y convenenciero tiene razón de ser para seguir manifestándose. Es decir, qué es necesario hacer para que ese quehacer maléfico (el periodismo chayotero) se acabe y se sancione de acuerdo a como la ley marca al referirse a él en tanto ejercicio delictivo que merece sanción. En efecto, puede ser que no todos estén de acuerdo con la propuesta del diputado Gómez, pero se supone que existe libertad en la Cámara para oponerse a esa propuesta. Muchos diputados de oposición pudieron levantar la voz para oponerse. Pero sin duda la mayoría triunfó porque consideró justa la propuesta.

Por otro lado, por ejemplo. Nosotros, en Ensenada, desde hoy nos estamos oponiendo a la barrabasada propuesta por López Obrador de crear una zona franca para la frontera norte a la cual, como robots, todos los gobernadores mexicanos de esa frontera contestaron que sí, a la vieja manera presidencialista de tipo priista, sin darse cuenta del daño que causaría, de aceptarse la propuesta, no sólo a la zona (que lo diga Ensenada) sino a todo el país, que queda marginado con los impuestos, mientras la zona fronteriza de por sí ya favorecida, será un polo de atracción migratoria creciente al tornarse de nuevo en zona maquiladora preferente.

Al respecto creo que pensar no cuesta nada.

Los dilemas de gobernar son muchos. No siempre el gobernante atina con todas sus decisiones. Pero él, en su labor de Príncipe y Divinidad, no por ello siempre se ve iluminado por Dios y por ende ajeno a los errores y las equivocaciones. No, por el contrario, en su carácter de humano está continuamente sujeto a equivocarse aún a la hora de morirse, no se diga cuando aún se encuentra con vida y tiene él la responsabilidad de conducir al país. Pedirle que lo haga de la mejor manera posible no es exigirle mucho, más aún cuando antes que él el gobierno careció de autoridad y de sapiencia y el país cayó en abismos de corrupción dolorosos y amargos.

Salir de esas simas le va a costar al próximo gobierno adoptar medidas que obviamente no a todos nos van a dejar satisfechos y contentos. Si queremos que las cosas cambien –lo cual urge– urge también gobernar con inteligencia y la adopción de medidas que terminen, por ejemplo, con el periodismo chayotero y con los comentócratas que lo practican; que las medidas de gobierno que se piensan adoptar se mediten seriamente y no sólo con los gobernadores del régimen anterior, que piensan sólo con partes del cuerpo que no saben pensar. No se trata de criticar gratuitamente al gobierno, se trata de algo que los griegos consideraban esencial para gobernar con la virtud: escuchar la vox populi, para que la balanza operara a la hora de tomar las decisiones.

La vox populi, sí, no la voz individual de quienes, como el gobierno, también nos podemos equivocar.

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

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