miércoles, abril 24, 2024

ISEGORÍA: La gravedad de los momentos

Sergio Gómez Montero*

En la lejana juventud creía

que el derecho que entonces estudiaba

llevaba a la justicia

R. Vázquez: “Dos por uno”

Llevar a cuestas el peso del gobierno es sin duda una tarea llena de complejidades que más de una vez conduce, sin duda, a la desesperación. Más aún si uno tiene la mala suerte de tener como vecino a un gobernante tan alienado como el señor Trump, que sólo a nuestros peores enemigos les deseamos tal calvario. Peor aún es la situación, si a ello aunamos los malestares múltiples que se acumulan cuando uno, como gobernante en América Latina, trata de escapar a la inercia capitalista a la cual buscan someternos inexorablemente los gobiernos de Estados Unidos desde el siglo XIX hasta hoy. Tratar de enfrentar, así sea levemente, esa inercia implica enfrentar con todo una dinámica de desgaste brutal frente a enemigos internos y externos de nuestros países.

Esa, por ejemplo, es la caótica situación que hoy pareciera guardar nuestro país por el puro y sencillo hecho de que se encuentra gobernado por un régimen que busca escapar –apenas con el pétalo de una rosa– de las rigideces que impone un desarrollo capitalista neoliberal, que durante más de treinta años hizo garras al país y que hoy, ya fuera del gobierno, quiere que en seis meses López Obrador imponga nuevas reglas del juego y lo que es más grave: que el tejido social que el capitalismo destruyo, en seis meses esté ahora convertido en seda. Y desde luego, no se cansa de exigirlo y como nadie les hace caso ellos, utilizando todas las armas sucias de la propaganda y la presión ilegal e injusta del gobierno de Estados Unidos, quieren hacer tronar como chinampina a ese gobierno que se les resiste y que quiere seguir un camino propio y ajeno, un poquito, a los intereses capitalistas.

¿A dónde conducirá esa contienda?

Hasta hoy nadie tenemos, creo, idea cierta de a dónde conducirá ello. En 45 días a lo mejor ya lo sabemos. Puede ser o no. La moneda está en el aire y para cuando aterrice en el suelo muchas cosas se habrán tenido que definir para entonces. Para mí, por ejemplo, la ACNUR habrá tenido que definir cuál va a ser el papel del multilateralismo de la ONU en el gravísimo problema que representa hoy la migración provocada por los excesos del colonialismo y más que nada del neoliberalismo (globalización) de la época contemporánea. Otro problema latente es: ¿qué papel van a jugar China y Rusia, ahora que ambas están interesadas en contrarrestar la falsa hegemonía económica que desde tiempo atrás defienden a capa y espada Estados Unidos y Europa, sin que existan ahora bases y argumentos suficientes para sustentar esa hegemonía.

El problema, pues, hoy, del gobierno de AMLO es saber manejar con suficiencia y rigor los elementos que se desprenden de una situación mundial compleja y difícil que no facilita el que el país se conduzca con la misma facilidad que en años anteriores, en donde todo corría bajo el agua y la gran mayoría de la población pocas veces sabía, cómo, de qué manera la situación mundial nos estaba afectando. Hoy, cuando comenzamos a saberlo, más vale que Dios nos agarre confesados.

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboa@yahoo.com.mx

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