Sergio Gómez Montero*
Me gustan los puertos,
Con árboles, pájaros y gatos.
En fin, me gusta la vida con su muerte.
Orozco Tovar: “Gustos”
Me gusta, como en el poema del epígrafe, la vida pero también la muerte (¿mientras no sea la mía?); es decir que me gustan, pero no los juego, los juegos de azar, lo mismo que los juegos de mesa, quizá porque la política tiene mucho de ellos (ella es, en muchos sentidos, un juego continuo, en donde, como en el juego, de manera continua estás expuesto y dispuesto a ganar o a perder y por eso, indistintamente debes estar preparado para ello. ¿Apostar? Eso es una debilidad, una adicción.
Pero, ¿por qué el coronavirus como juego? Porque a eso parecen estarle hoy apostando los gobiernos del mundo en términos de vidas y muertes: ¿cuántos muertos inmigrantes de coronavirus tienes tú y te dirá quién eres, qué lugar ocupas en la escala mundial? Porque, si hacemos un recuento, es fácil darse cuenta que la gran mayoría de las personas que hasta hoy han fallecido de esa enfermedad un porcentaje muy alto en Europa, Estados Unidos y hasta México son precisamente migrantes que quedan al margen de los servicios de salud y por lo tanto sin ninguna protección social. ¿Cuántos muertos has aportado a esas muertes: el que más aporta gana?
Pero, más allá de esa tragedia, otra vertiente del juego es la que hoy se registra en la ONU respecto, precisamente, a las medidas de protección que allí se discuten. ¿Quién tiene más países a su favor para controlar por parte de tal Organización la venta y distribución de insumos y dicamentos de salud a nivel mundial, ¿Si los 161 de México o los poquitos que apoyan a Estados Unidos? ¿Los poquitos que apoyan a Estados Unidos para mantener aún el embargo y bloqueo a Cuba y Venezuela o la gran mayoría que está en contra de esas medidas? ¿Usted a quién le va?
Sí, es cierto, suena a juego lo anterior, pero es muy serio lo anterior. De por medio lo que realmente se está jugando es micho. Es una nueva dirección del mundo lo que se está jugando, en la cual en donde, por ejemplo, los ataques en contra de la OMS no se justifiquen ni mucho menos que se lleven a cabo, dado que, a partir de ahora quienes se van a encargar de gobernar al mundo ya no van a ser las naciones en lo particular, sino que esa tarea va a corresponder a los organismos multilaterales en donde la hegemonía recaerá en las mayorías y nunca en minorías por muy poderosas que económicamente sean éstas –lo cual –ése sería el chiste del juego–, lo cual nos llevaría a que se crearían organismos multilaterales necesitaríamos para gobernar al mundo.
Bueno, es decir, el coronavirus también nos está quitando y moviendo el suelo.
*Profesor jubilado de la UPN
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