sábado, abril 20, 2024

ISEGORÍA: Bonilla: los pasos en falso… de Morena

Sergio Gómez Montero*

Con negros hocicos escarbasteis la santidad y la humildad de los ingenuos,

todo lo sagrado de las aldeas

P. de Rokha: “Imprecación a la bestia fascista”

En memoria de Sergio Quiroz Miranda

Como un niño que comienza a enseñarse a caminar, así ha sido el paso de Jaime Bonilla por la política bajacaliforniana. Sus pasos no sólo han sido inciertos, sino que todo lo que se le atraviesa lo ha pateado impunemente, de la misma manera que en sus tiempos lo hizo su mánager: el Xico Leyva Mortera. Hoy, una dupla que trata de dominar a toda costa la entidad, arrasando con todo lo que se le ponga enfrente, como si la sombra de López Obrador fuera suficiente para protegerlos de todas las tormentas que están causando con sus desmanes y tropelías. No, no hay razón para eso.

Es decir, ¿qué caso tiene haber roto de manera tan burda con los cánones más honestos de la política, primero, para alcanzar la candidatura de Morena a la gubernatura; luego, para triunfar con un poco más del 30% de los votos del padrón la gubernatura, y luego, manipulando a los diputados del Congreso estatal para que extendieran ilegalmente de 2 a 5 años su periodo de gobierno… Y lo que falta. ¿Si no fue el Presidente del País el que permitió esas burradas, quién fue entonces? ¿Habrá, es cierto, una estrecha amistad entre damas la que ha propiciado tales desmanes? Lo que sea, pero la institución que en este proceso ha salido más lastimada es sin duda Morena, porque ha sido en su seno, con la cobertura de Leonel Godoy (a quien acaban de premiar con la secretaría de organización del Movimiento), que realizaron los movimientos mencionados, que muy poco aportan, desde luego, a un juego partidario limpio y honesto que tanta falta le hace al país. ¿Por qué pues perder así un capital político que ni siquiera es propio?

Desde luego, lo anterior en nada abona al ambiente desértico de la política mexicana. Por el contrario, los terrenos de por sí infértiles de ese ambiente, con medidas como las adoptadas en Baja California se empobrecen más y la democracia popular que se quería sembrar en ellos se está muriendo antes de nacer. O se hace algo, pronto, por ellos o en esos campos yermos nada se podrá sembrar, que permita que, mínimo, aquella democracia por la que lucharon tan arduamente los liberales en el siglo XIX vuelva de nuevo a florecer entre nosotros, pues hoy las escasas flores que apenas sobreviven son vilmente pisoteadas por los partidos políticos (todos los actuales) que nos heredó el neoliberalismo. Le urge, pues, al país fundar un nuevo régimen de partidos que luchen por principios más identificados con los intereses de quienes, con su voto, querían no sólo que se erradicara la corrupción y se extraditara la impunidad, como una vía para lograr que la desigualdad económica del país se paliase, sino que, desde abajo y a la izquierda, surgiera una nueva organización social en donde los reclamos de justicia, igualdad y libertada se concretasen. Desde luego, nada de eso, hoy, está sucediendo en Baja California, pues lo anunciado hasta hoy por Jaime Bonilla y el Morena promovido por Yeidckol Polevsky y Leonel Godoy nada tiene que ver con los intereses de quienes votamos hace un año por Andrés Manuel López Obrador.

Votamos por una cosa y hoy le están cambiando totalmente el sentido a nuestro voto. Eso es un verdadero robo.

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

Artículos relacionados