Sergio Gómez Montero*
sabio insomne nonato me declaro inmortal
puedo acatar esguinces, lumbago, mal de ojo
pero a cada minuto se ensanchará mi alma
- A. Madrazo: “Poema”
Pensar en los muchos años de Juchitán y sus luchas (vive aún en mí la COCEI) y verla hoy llorando a sus muertos por el sismo que los mantiene durmiendo en las calles mientras celebran sin cesar las honras fúnebres de sus difuntos me lleva a pensar, otra vez, en las etapas de la filosofía griega que hay entre cínicos y sofistas quienes gracias al dominio de la retórica que los caracterizaba podían, como hoy, convertir en discurso consumible las incoherencias que un gobernante pronunciaba luego de registrarse un sismo de escala 8.2 que había dejado una cauda de fallecidos, cuya muerte nada le pedía al poder político, sino sólo respeto para su dolor.
Pero, en las calles y sierras del país no sólo se escuchan hoy los falsos discursos de gobernantes, cínicos y sofistas, sino que también allí resuenan las palabras de quienes claman (y reclaman) pidiendo se ejerza justicia, como hoy, desde Chilpancingo, lo dicen así los presos políticos de la CRAC-PC de Guerrero: “El saldo de esta represión es de 5 comunitarios asesinados, 3 presos políticos, 6 procesados y que tiene que ir a firmar desde su comunidad de origen que es El Paraíso en el municipio de Ayutla de los Libres hasta Tlapa de Comonfort, dos compañeros que ahora están en resguardo de la CRAC-PC pero sin poder realizar su vida normal, y más de 70 órdenes de aprensión”, y puede decirse que el país vive desde tiempo atrás (desde el momento en que la corriente anarco-sindicalista que le dio vida a la revolución de principios del XX quedó marginada de ese movimiento) el país vive sumido en el caos que lo lleva a ser la 14 economía mundial pero puede ser, al mismo tiempo, el primer lugar de país que registra los mayores índices de desigualdad dada la insultante concentración de la riqueza que aquí, en México, se registra. El que eso es un caldero que tarde que temprano va a explotar lo anuncian así tanto los aullidos fúnebres que se registran, como los clamores de resistencia que no cesan. El nuestro es hoy, sin duda, un país que espanta.
No se trata de rechazar, tan sólo, los cantos de sirena ni de sofistas ni de cínicos, sino de convertir los aullidos y clamores de hoy en acciones de resistencia global dirigidas siempre a darle otro sentido a la vida capitalista que priva hoy en el país, igual a como hoy lo están haciendo los compañeros de Cherán y de San Mateo del Mar, quienes pese a la represión que en contra de ellos se ha ejercido se mantienen en pie de lucha defendiendo los acuerdos comunales a los que han llegado, oponiéndose así a las acciones de un gobierno empeñado en defender sólo a caciques, terratenientes y guardias blancas que pululan por sus tierras.
A veces, pues, al país le cuesta distinguir de dónde provienen aullidos y clamores: de los cientos de pueblos que hoy luchan o de los pueblos que lloran a sus muertos.
*Profesor jubilado
gomeboka@yahoo.com.mx