jueves, abril 18, 2024

Entregó INAH inmuebles luego de su restauración en Guerrero

Lo El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) entregó tres templos que están localizados en la región de La Montaña en Guerrero. Estos se encuentra en la Cañada de Huamuxtitlán y con ello informaron que se concluyó la restauración y recuperación del patrimonio afectado en el sismo de septiembre de 2017.

 

En la región de La Montaña, capillas y templos históricos que representan el 20% de los 95 inmuebles de la entidad que resultaron afectados; fueron entregados por las autoridades del INAH. La gira fue en los municipios de Huamuxtitlán y Xochihuehuetlán.

 

Estos lugares fueron embestidos con particular fuerza al ubicarse en un radio de 60 km respecto al epicentro del temblor. Localidades como  Axochiapan, Morelos. 

 

Por lo que, según el INAH, únicamente permanecen cuatro inmuebles por ser reparados. Esto luego del resarcimiento de 91 inmuebles afectados. 

 

La entrega se formalizó con  las iglesias de San Pedro Aytec y de la Asunción de María, en Huamuxtitlán; así como de la Parroquia de Santiago Apóstol, en Xochihuehuetlán, cuyo colapso del casquete de su bóveda se convirtió en el símbolo de los efectos del terremoto en La Cañada. Misma que fue una de las once edificaciones que con severos daños en la entidad guerrerense.

 

Las mayordomías de cada uno de los lugares recibieron explicación por parte del arquitecto del Centro INAH Guerrero; José Luis López Suárez, quien supervisó las obras junto a María Inés Soto Valenzuela, adscrita al Centro INAH Zacatecas. 

 

En los tres casos mencionados, se llevaron acciones de restauración, entre liberaciones, consolidaciones y reintegraciones; que hoy permiten volver a poner en funciones estos espacios.

 

 

De acuerdo al INAH, el tañer de las campanas es la prueba de que los tiempos difíciles quedaron atrás.

 

 “Las campanas representan la relación de Dios con el pueblo y marcan la vida activa de las comunidades”, expresó el párroco Miguel Oyorzábal López, del Templo de Santiago Apóstol; durante la entrega de los inmuebles.

 

 

El arquitecto José Luis López refirió que la restauración de estas iglesias es recuperar parte de la memoria histórica de La Cañada; símbolo del proceso de evangelización emprendido por los agustinos en el siglo XVI. Tal y como lo muestra la capilla abierta, que permanece a espaldas de la Parroquia de Santiago Apóstol; construida en el siglo XIX.

 

En este último caso, la reconstrucción del inmueble requirió estudios geofísicos a cargo de expertos de la UNAM; quienes indicaron que la iglesia se desplanta sobre grutas de 25 metros de profundidad y 12 metros de ancho. Por ello fue necesario realizar complicados trabajos de recimentación; a cargo de la empresa contratista.

 

 

De igual manera, se reconstruyó la bóveda de cañón corrido con lunetos, respetando el diseño y la forma anterior; mediante la integración de un refuerzo estructural por trasdós, con fibra de carbono. También se reconstruyó la cornisa, el casquete de la cúpula y la linternilla del templo; a base de materiales contemporáneos y estructurados con concreto armado, siguiendo el patrón anterior.

 

 

En esta gira de trabajo, el Instituto, entregó la Parroquia de la Virgen de la Asunción de María, que data del siglo XVIII. Misma que presentó grietas al exterior, en los arcos de las columnas del sotocoro, en muros laterales por el interior y en la bóveda del presbiterio. Además del altar del presbiterio, que se dañó a causa de la caída de los aplanados de la bóveda y hubo daños en la base de la torre-campanario.

 

En el templo mencionado, lograron recuperar los niveles originales del presbiterio y de los accesos laterales a la sacristía y la antesacristía; tras realizar calas para sondear su superficie y liberar de relleno toda el área. Aunado a ello, con base en fotografías antiguas, proporcionadas por los pobladores, restituyeron el diseño original del altar principal.

 

 

En última instancia, en la iglesia de San Pedro Aytec, que data de entre los siglos XVIII y XIX, aunque los daños fueron menores; reintegraron la cubierta de madera y teja, rescatando el sistema constructivo que implementaron los agustinos en los templos de esta región.

 

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