viernes, abril 19, 2024

EN REDONDO: Falla lucha anticáncer; mueren miles de mujeres en Chiapas

Por: Mario Ruiz Redondo

Miles de mujeres de la Región Soconusco, han muerto o están en riesgo de morir de cáncer, ante el engaño que comete la Secretaría de Salud, al no concretarse los estudios de las muestras que se obtienen, de más de 10 mil casos anuales, en los 114 centros de salud de la Jurisdicción VII de la Frontera Sur.

Grave rezago que se mantiene desde antes de 2016, en más de un 75 por ciento de los acumulados, desde los días iniciales del sexenio que termina, en que la SSA estatal, era dirigida por el maestro en Ginecología y Obstetricia, Carlos Eugenio Ruiz Hernández, ahora rector de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), designado en diciembre de 2014.

Información guardada y mantenida en el más absoluto hermetismo por parte de las autoridades sanitarias gubernamentales, ahora a cargo del médico general Francisco Ortega Farrera, quien es también director general del Instituto de Salud.

Una falta de ética médica, que se ubica en el contexto criminal, si se considera que la evolución del cáncer de mama, una vez que aparece, es muy rápido y agresivo, ya que está comprobado que una paciente puede morir en tres meses, si no es atendida, como ocurre actualmente en los municipios de Tapachula, Mapastepec, Escuintla, Acacoyagua, Acapetahua, Villa Comaltitlán, Huixtla, Tuzantán, Huehuetán, Mazatán, Tuxtla Chico, Cacahoatán, Unión Juárez, Metapa, Frontera Hidalgo y Suchiate.

A nivel Chiapas y nacional, el cáncer de mama ocupa el primer lugar de mortalidad en las mujeres, sin que aquí se le otorgue esa prioridad en la práctica, sobre todo en materia presupuestal, no obstante las asignaciones presupuestales en ese sentido, por disposición federal, para su atención, debido a los desvíos de tales recursos y a la carencia de personal especializado.

Grave situación que las interesadas ignoran, la mayoría por su nivel socioeconómico y cultural bajo, pues se han quedado en la idea de que el cáncer cervicouterino se mantiene en primer lugar como causa de fallecimientos, pero igualmente con la información de que el período de evolución, una vez detectado, es de dos a ocho años, hasta causar la muerte.

Conducta inhumana en la Jurisdicción Sanitaria VII, que organiza campañas periódicas para la obtención de muestras de Papanicolao y estudios de Mastografía, cuyos resultados no les son entregados, por lo que suponen que están bien.

Condenable actitud oficial, agregada al hecho de que cuando la responsabilidad de llevar a cabo tales tareas a la cual acuden confiadamente las personas del sexo femenino, recae en personas no especializadas, por lo que se condena a una muerte o complicación inicial a las usuarias del servicio.

Un engaño que ha llegado incluso hasta la máxima autoridad estatal, que al inaugurar en Huixtla, la nueva Clínica de la Mujer el pasado viernes 30 de marzo, con equipos y personal ajenos al inmueble comprometido por la administración estatal desde 2013.

Ahí, se le entregaría un guión al mandatario, en base al cual anunciaría que a partir de ese momento y hasta el 8 de diciembre de 2018, en esa institución se harían un total de 13 mil 150 citologías de base liquida (Papanicolao), con la ayuda de un robot que realiza el proceso de tinción (aplicación de colorante a las células para su lectura), que permitirá mayor precisión de los resultados que el método, hasta ahora aplicado.

Una afirmación imposible de cumplir, pues de acuerdo con los especialistas, un citotecnólogo asignado, no puede leer más de cincuenta casos en una jornada laboral de ocho horas. En la clínica huixtleca se carece del robot, por lo que teñir células es un proceso que actualmente dura más de tres horas.

Burla al gobernador, por parte del secretario de salud. Para cumplir lo que ofreció, requiere de la participación de por lo menos cinco citotecnólogos y un robot, por lo que tampoco será posible alcanzar la meta de las cuatro mastografías por hora, que comprometió hasta el término de su gestión.

Un experto radiólogo experimentado, sabe que no es viable tomar una mastografía cada cuatro minutos. Hasta ese día de la inauguración, no se tenía en la nómina a ningún especialista que lleve a cabo las lecturas de las mastografías. El mastógrafo ahí mostrado, pertenece a una unidad móvil, de la cual fue desmontado.

Comienzo de una Clínica de la Mujer en Huixtla, con personal perteneciente a otras instituciones como la de Tapachula, desmantelándola prácticamente, al dejarla sin la ginecóloga del turno matutino, Teresa Maloff Arzola, designada como directora, sin que antes se haya previsto la contratación de su relevo, cancelando por lo pronto, la atención en esa institución, de la población femenina de la ciudad más importante de la Frontera Sur y municipios aledaños.

Sin tomar en cuenta a la Dirección, lo mismo ocurriría con el ginecólogo colposcopista, Alfredo Vera García, del turno matutino también de la Clínica de la Mujer en Tapachula, que recibiría la orden de la jefatura de la Jurisdicción Sanitaria VII, de asistir a la inauguración del 30 de marzo en Huixtla, sin ningún nombramiento, como el nuevo titular del servicio, quedando sin atención decenas de mujeres con cáncer que ya se encontraban bajo control y en tratamiento en su consultorio.

Ahí estarían en el mismo evento las dos asistentes de ambos especialistas, las enfermeras Angela Rubín López Robledo y Mirna Fabiola Alvarado Ramírez, quienes este viernes 6 de abril fueron notificadas, junto con la trabajadora social Josefina Toledo Méndez, de que la nueva adscripción estará en Huixtla, dejando de laborar en automático en la Clínica de Tapachula, a partir de este lunes 9 de abril.

Decisiones por demás arbitrarias que cancelan el funcionamiento de las consultas de esta área fundamental de la Clínica, considerando que el turno vespertino no opera desde abril de 2015, al renunciar el ginecólogo Jorge Alberto Núñez García, para reubicarse en el Hospital de Ciudad Salud, que tiene un rango de tercer nivel.

A tres años de la separación de su cargo, la plaza no se ha cubierto, porque en la nómina aparece todavía Núñez García, cuyo salario es cobrado por algún jefe de la Jurisdicción Sanitaria, con el desconocimiento del especialista, que al enterarse de tal abuso, iniciará en los próximos días una demanda penal contra quién o quiénes resulten responsables del ilícito.

Acto de corrupción, que ha impedido la contratación de un especialista para atender la creciente exigencia de servicios de una población femenina enferma y por lo mismo, condenada a morir por la desatención de su enfermedad.

Estado de indefensión total ahora de las pacientes, en la Clínica de la Mujer de Tapachula, creada en 2011 en los días de gobernador de Juan Sabines Guerrero, no con edificio propio como todas las demás existentes en el estado, sino en un espacio improvisado dentro de las instalaciones del Hospital Regional, pero con una relativa autonomía que le permitió un funcionamiento aceptable.

Fue inaugurada con los equipos necesarios para su operación, facturándolos al Hospital y no a la Clínica. Dado lo reducido del espacio, se empezaron a dispersar en el nosocomio, generándose conflictos por un uso inadecuado, al grado de que al año de haberse instalado, el único mastógrafo, se descompuso, sin poderlo arreglar por falta de presupuesto.

Tuvieron que pasar cinco años para que se repusiera el equipo, por uno de los siete digitales para las Clínicas de la Mujer en el estado, en 2017. Las pacientes se vieron obligadas a pagar por su mastografía en un servicio particular, para posteriormente regresar a consulta y tratamiento.

A pesar de todos los inconvenientes financieros, las Clínicas de la Mujer en Chiapas, habían funcionado adecuadas a su circunstancia, pero en noviembre de 2017, vendría la orden tajante del secretario de Salud, Francisco Ortega Farrera, de anexarlas a los hospitales Regionales, no obstante el desacuerdo de sus directores, porque quedarían sometidos a un sistema burocrático errático y poco funcional para dar respuesta pronta a las mujeres con problemas de cáncer.

Prueba de ello, es el desplazamiento de personal especializado de la Clínica de la Mujer de Tapachula a la de Huixtla, sin que haya habido una previa evaluación de las repercusiones negativas que provocaría tal decisión arbitraria.

El problema de cáncer de mama y cervicouterino, así como de otros plenamente identificados, es grave en la Región Soconusco, dado el uso irracional de plaguicidas y otras substancias químicas peligrosas, que por décadas y hasta la actualidad se han aplicado en los campos de productos agrícolas, que definen la importancia económica de esta importante faja costera chiapaneca.

Sin embargo, las autoridades del Sector Salud (SSA, IMSS, ISSSTE e ISSTECH), se abstienen de hacer pública la información acumulada de esta problemática con una tendencia creciente y alarmante, que afecta no solamente a mujeres, sino a hombres y niños.

Las denuncias sobre la utilización en los campos de cultivo de la Zona, de insecticidas prohibidos por la Organización Mundial de la salud, por sus riesgos cancerígenos, han sido ignoradas en gran parte por las autoridades correspondientes, que incluso permiten su acceso clandestino desde Guatemala, por los cientos de pasos denominados de extravío o por el cauce del río Suchiate.

Una Frontera Sur con Centroamérica sin control, en mucho debido a la corrupción imperante entre autoridades de los tres niveles, que sabiendo de la alta peligrosidad de su uso, lo permiten para combatir plagas en los múltiples espacios de producción alimentaria.

Mientras las autoridades de salud se mantienen en actitud pasiva, creando campañas detección del cáncer femenino, para justificar un quehacer, que como en el caso de la SSA, resulta un engaño, al no entregar la mayoría de los resultados a las interesadas, que seguirán

ignorando si tienen en su cuerpo el terrible mal incurable.

Protocolo que establece que serán, en la Zona Soconusco, los 114 centros de Salud, los centros de acopio anual de las más de 10 mil muestras de papanicolao y los estudios radiográficos de mama, que a su vez son canalizados a la jefatura del Programa de Cáncer de la Jurisdicción Sanitaria VII, a cargo de Verónica Villatoro, maestra el Dirección de Hospitales, quien los envía al Hospital Regional, para ser analizados por los cinco citotecnólogos del Hospital Regional de Tapachula.

Las normas precisan que Villatoro deberá entregar los resultados a cada una de las unidades médicas de la Región, antes de 21 días. La información confiada de manera confidencial al columnista, asegura que ello no ocurre en más de un 75 por ciento del total, debido a que aunque los especialistas del diagnóstico son suficientes en su número, éstos no cuentan con los materiales ni el equipo necesario para su lectura.

Los microscopios están sin mantenimiento desde hace más de cinco años, carecen de los reactivos necesarios o los que reciben están caducados, por lo que por más capacitado que esté el citotecnólogo, el diagnóstico no será certero.

Este es hoy, el drama que viven en la zona agrícola más importante de Chiapas, las mujeres con cáncer, condenadas a muerte por la irresponsabilidad de la SSA.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013, Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad.

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