Luis A. García* / Círculo Latino de Estudios Internacionales (CLEI)
*“Hay que crear una moneda propia para el BRICS”.
Tal pronunciamiento lo hizo el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a seis meses de haber asumido el primer cargo de su país por segunda vez y convertirse en sucesor de Jair Bolsonaro, el político ultraderechista que no mostró interés alguno durante su gobierno por mantener la posición de la nación sudamericana en un lugar que nunca debió dejar.
Analistas internacionales coincidieron en que ya es oficial: el grupo BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- acordaron discutir formalmente la creación de una moneda común para el comercio entre ellos y poner fin a la hegemonía del dólar estadounidense.
Sin embargo, los expertos no aconsejan cambiar sus ahorros en dólares por yuans, rublos o la potencial nueva moneda, y en una reunión celebrada el 1 de junio en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, los cancilleres del organismo acordaron iniciar las conversaciones sobre la nueva moneda comercial para el grupo, y posiblemente incluir a otros países como Irán, Venezuela y Argentina.
El tema será tratado en la Cumbre de presidentes de los BRICS del 22 al 24 de agosto en Sudáfrica.
“Estoy a favor de crear, dentro del BRICS, una moneda de comercio entre nuestros países, tal como los europeos crearon el euro”, dijo el presidente brasileño el 26 de mayo de 2023, mientras el canciller de Rusia, Sergei Lavrov, aplaudía la declaración de Lula y Argentina anunciaba que comenzará a permitir que las empresas chinas inviertan en el país platense en yuanes chinos.
Algunos economistas internacionales no se ríen de la idea, y señalan que los países del BRICS representan casi un tercio de la economía mundial y que realizan una parte cada vez mayor de su comercio entre ellos.
Entonces, estos países no quieren seguir pagando cargas financieras por realizar su comercio en dólares, cuando podrían comerciar en sus propias monedas, como propone resueltamente el presidente de Brasil.
Además, las recientes sanciones económicas de Estados Unidos a Rusia por su intervención en Ucrania han aumentado el apetito de China y otros miembros del grupo por ser menos dependientes del dólar, dicen quienes sí le ven futuro al proyecto monetario.
Joseph W. Sullivan, economista asesor de la Casa Blanca durante el gobierno de Donald Trump, escribió en la revista Foreign Policy que una moneda comercial hipotética emitida por el grupo BRICS podría “usurpar, o al menos sacudir, el lugar del dólar en el trono”.
Existe un consenso generalizado entre los economistas internacionales de que llevaría décadas crear una moneda común del BRICS, poniendo como ejemplo a la Unión Europea, que tardó más de medio siglo desde que comenzó en 1948, hasta que lanzó el Euro en 1999.
Para otros expertos financieros hay razones políticas y económicas que hacen difícil la creación de una moneda comercial del BRICS, y políticamente, a pesar de compartir un discurso antiestadounidense, los cinco países que lo integran tienen más diferencias que coincidencias entre ellos.
China e India tienen una disputa fronteriza de larga historia, y sus relaciones cotidianas son tan malas que, en los últimos años han expulsado a casi todos los periodistas del otro país, según el Wall Street Journal.
Además, China representa casi el 75 % del producto interno bruto del BRICS y tiene pocos incentivos para adoptar otra moneda que no sea la suya: “China va a sonreír a todos en la siguiente cumbre del BRICS y no va a aceptar una moneda común porque Pekín quiere que los demás usen el yuan”, dijo Marcelo Giugale, ex directivo del Banco Mundial y catedrático de la Universidad de Georgetown.
“No hay forma de que China comparta su moneda con otros cuatro países, tres de los cuales están en problemas”, agregó Giugale. “Rusia está bajo las sanciones económicas occidentales, Sudáfrica tiene serios problemas financieros y el presidente de Brasil está atacando la independencia del Banco Central de Brasil”.
Lo que puede suceder es que continúe la actual tendencia de que los países del BRICS y sus aliados liquiden cada vez más sus saldos comerciales bilaterales con sus propias monedas, en lugar del dólar hasta hoy hegemónico, para ahorrar costos financieros.
*Coordinador Ejecutivo del Círculo Latino de Estudios Internacionales, CDmx