CIUDAD DE MÉXICO.- El miedo paraliza. La negación ciega. Y la deuda se convierte en el monstruo que vive debajo de la cama, esperando el momento perfecto para atacar. Cuando ignoran su deuda, miles de personas convierten su hogar en una “casa embrujada”.
Según datos del Banco de México, en enero de 2024, la morosidad en créditos a la vivienda del sector privado no financiero alcanzó el 21 %, resultado de un índice de 18.18 % en Infonavit y 2.68 % en la banca comercial.
“La mayoría de los casos que llegan al desalojo pudieron evitarse. La clave está en que las personas entiendan que existen diferentes soluciones para las deudas hipotecarias y que la negociación es fundamental para poder ver la luz al final del túnel”, explica Mike Ramírez, fundador de Blun.M2, un proyecto que convierte deudas en oportunidades al gestionar remates hipotecarios, generando valor para inversionistas y alternativas para deudores.
Como cada octubre, en Halloween abundan los relatos de miedo; pocos tan reales como los de quienes ignoraron las señales y terminaron perdiendo su hogar. El verdadero terror no está en los fantasmas:
⦁ La herencia maldita de los Jiménez
Todo comenzó con una herencia, como en toda buena historia de terror: Esperanza Jiménez recibió la casa de sus padres en 2018. Pero, también heredó una deuda hipotecaria de 850 mil pesos. ¿El problema? Los pagos mensuales superaban su salario mensual.
Por más de 14 meses evitó enfrentar la situación, aunque en distintas ocasiones pudo optar por planes de pagos ajustados a su capacidad, descuentos por liquidación o pagar una renta accesible mientras se formalizaba un acuerdo.
Esperanza, atrapada por el miedo y la vergüenza, nunca respondió. El proceso legal siguió su curso. Al final, perdió su hogar y aún debe 400 mil pesos. Hoy renta y dedica gran parte de su salario a pagar una deuda por una propiedad que ya no es suya.
⦁ El acosador invisible
La historia de María López, madre soltera de 38 años, es distinta pero igual de tenebrosa. Dejó de pagar su hipoteca durante 10 meses después de perder su empleo. Durante ese tiempo, despachos de cobranza la contactaban todos los días: llamadas constantes y mensajes amenazantes afectaron su paz y la de su familia.
El terror de un acosador invisible se instaló en su hogar. Por eso, a pesar de que tuvo la oportunidad de reestructurar su deuda y acceder a descuentos, siguió evitando cualquier contacto. María no solo arriesgó su patrimonio: perdió meses de tranquilidad y la posibilidad de resolver su situación.
Que el terror no te quite el sueño
Terror financiero no es tener una deuda hipotecaria, sino ignorar las soluciones. Mientras los procesos legales son duros e inflexibles, la negociación directa abre un mundo de alternativas que pueden salvar el patrimonio y devolver la tranquilidad. Entre ellas están:
⦁ Reestructuras de pagos
⦁ Descuentos importantes
⦁ Transferencia voluntaria de una propiedad en condiciones que protegen la dignidad y el futuro del deudor
“Los que sobreviven y prosperan son quienes enfrentan sus miedos cara a cara, buscan el diálogo y aprovechan las oportunidades de negociación que les permiten escribir un final diferente a su historia”, concluye Ramírez.
AM.MX/fm
