MIGUEL ÁNGEL FERRER
En unas declaraciones absurdas, increíbles y claramente demenciales, el secretario estadounidense de Estado, Mike Pompeo, acusó al gobierno de Cuba de obligar a los médicos cubanos en misiones de auxilio en diversos países a prestar esos esenciales servicios humanitarios en malas condiciones de trabajo.
Como era de esperarse, la calumnia no tiene más fuente que algunas ONG a sueldo de Washington. Y con ese nulo bagaje acusatorio califica a los trabajadores cubanos de la salud de esclavos y de ser víctimas del crimen de trata de personas.
A pesar de lo absurdo e inverosímil de las calumniosas imputaciones, el asunto tiene su miga. Tales acusaciones, sin probanza alguna, podrían derivar en la aplicación de sanciones a la isla, como, por ejemplo, negarle u obstaculizarle el acceso a créditos internacionales. O apretar aún más el bloqueo económico, comercial y financiero que sufre Cuba desde hace décadas.
Pero hay algo todavía más ominoso. Washington ha amenazado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) con aplicar sanciones a los funcionarios de ambas instituciones de la ONU por su vinculación con Cuba en programas de salud internacionales.
Contra esos infundios mediáticos Cuba ofrece a la opinión pública mundial los datos duros de la muy añeja colaboración médica cubana. A lo largo de 56 años la isla ha cumplido más de 600 mil misiones internacionalistas en 164 naciones en las que han participado más de 400 mil trabajadores de la salud.
Los médicos cubanos justamente apreciados en todo el planeta por su sabiduría, alta capacidad de trabajo y elevada calidad humana son voluntarios. Y consideran un honor ser convocados para participar en una de estas misiones. Y mientras más difíciles sean las condiciones naturales y sociales a que deban enfrentarse, más grande es el sentimiento de honor que implica la dura tarea.
Los médicos cubanos han combatido exitosamente al ébola en África, la ceguera en América Latina y el Caribe y el cólera en Haiti. Y en esta noble labor de ayuda al prójimo ocupan un destacado lugar las 26 brigadas del Contingente Internacional Henry Reeve de médicos especializados en auxilio en desastres y grandes epidemias en Paquistán, Indonesia, México, Ecuador, Perú, Chile y Venezuela entre otros muchos países.
Ante el infundio Cuba presenta verdades añejas y actuales. Una loable y agradecible historia que comenzó en Argelia hace 56 años y que hoy continúa ofreciendo salud y vida donde más se necesita.