sábado, diciembre 14, 2024

Economía circular, un nuevo rumbo para la industria médica

CIUDAD DE MÉXICO.- De acuerdo con cifras del reporte Health care climate footprint de la organización Health Care Without Harm, 4.4% del total de emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo son producto de la industria médica; si este sector fuera un país, se encontraría en el quinto lugar en términos de naciones más contaminantes a nivel internacional.

“La industria médica a veces es una paradoja. Al mismo tiempo que sus avances científicos son constantes y determinantes, esa innovación no alcanza todas sus esferas. Por ejemplo, la indumentaria médica se quedó estancada por más de 50 años, sin contemplar que el escenario de crisis climática actual nos obliga a repensar nuestros hábitos y la cantidad y tratamiento que le damos a los desechos del sector”, explica Tamara Chayo, CEO y Founder de MEDU Protection, startup mexicana dedicada a la fabricación de indumentaria médica sustentable y segura.

La pandemia fue un punto catalizador que llevó a la industria médica en su conjunto a repensar sus operaciones. Desde la latente necesidad de cuidar del personal, mitigar contagios, la implementación de nuevas tecnologías, el cuidado a los pacientes, el pronto desarrollo de fármacos, y claro, la cantidad de desechos.

Cabe destacar que los desechos de la industria médica, debido a sus características, no pueden recibir el mismo tratamiento que el resto de los materiales, por ejemplo, plástico o vidrio.

Incluso, la Organización de Naciones Unidas (ONU) alertó sobre la problemática de desechos médicos generados por la respuesta contra el Covid-19. En un estudio el organismo estimó que aproximadamente 87,000 toneladas de equipos de protección personal fueron adquiridos entre marzo de 2020 y noviembre de 2021 como parte de una iniciativa conjunta de emergencia y la gran mayoría de ese material acabó en la basura y no recibió ningún tratamiento que permitiera reciclar o desecharse de forma adecuada para evitar la propagación del virus.

El informe revela que “el envío de más de 140 millones de kits de pruebas podría llegar a generar otras 2,600 toneladas de residuos no infecciosos (principalmente plástico) y 731.000 litros de residuos químicos, mientras que el suministro de los más de 8000 millones de dosis de las vacunas habría producido 144.000 toneladas de residuos adicionales en forma de jeringuillas, agujas y cajas de seguridad”. Estas cifras sólo proporcionan una estimación inicial de la magnitud del problema y no consideran otros productos fuera de la iniciativa como los que se usan en hospitales por los residuos generados por el público, como las mascarillas médicas desechables.

No obstante, esto ha llevado a sentar las bases de una industria médica genuinamente preocupada por su impacto medioambiental y social. Incluso eso ha sido un impulso para inyectar inversión en el sector, a pesar de los desafíos económicos actuales.

La consultora PwC destaca en su tercer informe anual State of Climate Tech que ocho de cada diez inversionistas planean aumentar su inversión en productos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) durante los próximos dos años, pues a pesar de los retos actuales, siguen siendo optimistas sobre las perspectivas del mercado.

Las 4 Rs

Actualmente, según registros del Banco Mundial, el mundo produce anualmente cerca de 2,000 millones de toneladas de residuos sólidos. De igual modo, se calcula que de no revertirse los hábitos actuales de consumo actuales, esa cifra escalará a 3,400 millones para 2050. En ese sentido, se ha propugnado por impulsar hábitos de una economía circular para tratar de mitigar los riesgos presentes de una crisis ambiental.

“La clave de cualquier industria hoy en día son las 4 Rs: Reducir, Reusar, Reciclar y Recuperar. Por mucho tiempo se pensó que estas 4 acciones no podían implementarse en la industria médica, en particular porque muchos de los residuos médicos requieren un tratamiento especial para evitar contagios, entonces lo común fue recurrir al material de un sólo uso. Ahora gracias a los desarrollos tecnológicos sabemos que es posible crear materiales reutilizables que son altamente seguros, potencialmente menos contaminantes y ayudan a reducir los costos, los cual es clave pues permite que las instituciones de salud cuenten con más recursos que pueden destinar al mejor cuidado y atención de los pacientes”, apunta la CEO de MEDU Protection.

Responsabilidad y seguridad

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calculado que 30% de los establecimientos de atención a la salud (principalmente en economías en vías de desarrollo) no cuentan con la capacidad de manejar desechos sólidos, mismos que involucran desde agujas y medicinas hasta indumentaria médica que tiende a ser de un solo uso.

Durante el primer año de la pandemia, según investigaciones de la Universidad Estatal de Arizona publicadas por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, se produjo un excedente de 8.4 millones de toneladas de desechos de plásticos de un solo uso por el gran confinamiento a nivel mundial.

“No hay una sola industria hoy en día que pueda escapar de su responsabilidad medioambiental. Sin embargo, en el caso del sector salud es fundamental que se transicione hacia indumentaria y materiales de mayor sustentabilidad, sin que eso implique sacrificar la seguridad del personal de la salud. La tarea no es sencilla, pero un nuevo rumbo es necesario”, concluye Tamara Chayo.
AM.MX/fm

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