Por Mouris Salloum George*
Estamos de acuerdo en que la esquizofrenia induce a pronunciar disparates, pero no se vale comparar la violencia revolucionaria de hace un siglo por causas reivindicatorias de orden político y social, con la barbarie criminal de este siglo implantada por los cárteles en la mayor parte del territorio nacional.
¡Serénese! Señor secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, licenciado Alfonso Durazo Montaño, no son lo mismo sus paisanos Los Yaquis, Doroteo Arango o Emiliano Zapata, que los pesados del Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Zeta, Los Rojos, Los viagra o Los caballeros templarios de Michoacán, donde usted acaba de hacer la odiosa comparación.
Por lo demás, ya era preciso que alguien reconociera la necesidad de declarar el estado de emergencia nacional para que, por fin, a la magnitud depredadora del crimen organizado se responda con acción del mismo tamaño por parte del aparato punitivo del Estado.
No se vale permutar soldados secuestrados por armas a las bandas delictivas que estuvieron a punto de lincharlos. Hay que cuidar la retórica y la praxis.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.