Mouris Salloum George
En entrega anterior, sostuvimos que, del segundo informe presidencial, en el llano se espera que se diga la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad.
En reciente reunión con los diputados de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, en faenas de información y persuasión en torno a los Criterios de Política Económica para 2021, el secretario de Hacienda Arturo Herrera no se anduvo por las ramas: Mentó la soga en casa del ahorcado: Es probable que los meses venideros nos retraten la situación económica de México en 1932 (días de La Gran depresión que estalló en los Estados Unidos en 1929).
La economía productiva se desliza por las escaleras del sótano
Con independencia de la información con que, de primera mano, cuenta el responsable de las finanzas públicas, la mayoría de los analistas domésticos e internacionales posee “otros datos” que nos ilustran sobre el desfonde de las variables fundamentales de la macroeconomía; prioridad de los tecnócratas por encima de los impactos que la emergencia nacional descarga sobre la economía popular.
Para efectos prácticos, dejamos de lado la economía especulativa para centrarnos en la economía productiva. De ésta destacamos el sombrío balance del primer semestre de 2020: Caídas de la producción nacional de bienes y servicios: 10.1 por ciento. Por sectores específicos, el industrial menos 16.4; manufacturas, menos 14.6 por ciento; construcción, menos 25 por ciento.
Se cuantifican de manera preliminar el nuevo desempleo y sus secuelas en la eliminación o contracción del ingreso en los hogares y la pérdida del poder adquisitivo del salario.
No insistiremos más en el imperativo impostergable de imaginar un plan de reconstrucción nacional, que comprometa a todos los sectores -políticos, empresariales, sociales, etcétera- a un esfuerzo común para remontar la ingobernable emergencia. Parece un esfuerzo ocioso.
Esperaremos a que, dentro de diez días, se conozcan los Criterios de Política Económica -Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos de la Federación- para ver si se divisa una luz en el túnel. Por lo pronto, estamos con el semáforo en rojo, cuya luz nos retrotrae, dicho en voz del secretario de Hacienda, a 1932. Es hora de conciliar las palabras con la obra. Vale.
(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.