sábado, abril 20, 2024

Del estrecho de Bering a la Patagonia

Luis Alberto García / Zamora Pico de Oro, Chiapas

*El jaguar precolombino se consideró parte de la energía cósmica.
*Pasaron millones de años para habitar un continente.
*Animal siempre importante en las culturas del pasado.
*Los conceptos de antropólogos que magnifican esa especie.
*Mapuches, guaraníes, incas y aztecas, lo veneraron.

Es tal la importancia del jaguar en la historia latinoamericana que por ejemplo, en Colombia, existen varias evidencias de que este animal tenía una alta importancia para culturas precolombinas como las que habitaron la región de San Agustín en el departamento de Huila.
Muchos de los monolitos dejados por la cultura que existió en el macizo colombiano tienen figuras en las que las imágenes de los hombres se trenzan con las de los animales, y en su libro El río, exploraciones y descubrimientos en la selva amazónica, el autor canadiense Wade Davis considera que esto debe ser interpretado como una transformación espiritual derivada del uso ritual de la coca o el yagé.
Para el antropólogo Gerardo Reichel-Dolmatoff la figura de Panthera onca era interpretada por las culturas precolombinas como un enviado al mundo como prueba de la voluntad y de la integridad de los seres humanos, cuyas creencias los ubicaron desde el estrecho de Bering en Alaska, hasta la Patagonia en Argentina y Chile.
Este félido era parte de la energía cósmica y de su dirección con respecto a la humanidad dependía el futuro de la existencia de la civilización. El chamán se enfrentaba a un ejemplar de jaguar en su trance, y si ganaba la contienda, podía dirigir la energía del universo hacia el infinito; pero el félido prevalecía, este se transforma en un monstruo que lo devoraba todo.
«Es la imagen de nuestro más oscuro ser», se refiere en la cultura guaraní, donde existe el mito del Yaguareté-Abá, un brujo que se transforma en jaguar revolcándose sobre el cuero del animal, creencia también compartida con pueblos del Gran Chaco.
El pueblo mapuche también le atribuía poderes místicos al jaguar, aunque hoy ya está extinto en Chile; el cortometraje de 2015 “Nahuel”, trata de una leyenda mapuche rescata tal historia.
Esta especie es utilizada a menudo como símbolo en la cultura contemporánea. Es el animal nacional en Guyana, en cuyo escudo de armas aparece; también aparece en la bandera del departamento de Amazonas (Colombia) en el escudo de Montería Colombia, en el escudo del departamento de Córdoba Colombia y en el escudo del estado mexicano de Guerrero aparece un Guerrero Jaguar.
Las legislaturas de las provincias argentinas de Salta, Chaco, ​Misiones,​ Jujuy​ y Formosa​ declararon al yaguareté « tesoro y monumento natural provincial»,​ lo que conlleva tanto su incorporación como elemento representativo como así también su protección absoluta.
Por lo general, normativas de esta naturaleza son sancionadas cuando la preservación del animal en cuestión corre peligro, y de​ manera previa, el 15 de agosto de 2001 el Congreso declaró a la Panthera onca «monumento natural nacional».
Tiene un uso amplio como marca comercial, siendo el caso más destacado el de unos coches de lujo británicos, cuyo nombre ha sido adoptado por equipos deportivos como los Jaguares de Córdoba fútbol club, los Jacksonville Jaguars, de la NFL, los Southern Jaguars, de la NCAA estadounidense, el equipo de fútbol mexicano de los Jaguares de Chiapas.
También figura en el escudo de la selección de rugby de Argentina y es el nombre del equipo profesional de rugby de ese país que compite en el Super Rugby. Este félido también dio nombre a la banda de rock Jaguares, ganadora de un premio Grammy,.
Su nombre aparece en diversos apartados relacionados con la tecnología como pueden ser la videoconsola Atari Jaguar, el cohete experimental Jaguar o los aviones de combate SEPECAT Jaguar o Grumman XF10F Jaguar.
En 2016, en Argentina se lanzó el nuevo billete de 500 pesos incluyendo en anverso la imagen de un yaguareté, billete que fue el primero, junto al de 200 pesos con la imagen de la ballena franca, de una serie denominada Animales Autóctonos dirigida a resaltar la biodiversidad local en el país del río de la Plata.
El billete de mil pesos mexicanos de la serie G, emitido en 2020 por el Banco de México, muestra en el reverso un jaguar, como parte de la representación del ecosistema de selva húmeda.
En cuanto a la cultura popular y el lenguaje de las naciones de América Latina, el refrán «otorongo no come otorongo» se emplea en algunos lugares del subcontinente para sostener que entre partes interesadas entre sí, la corrupción se oculta.

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