jueves, diciembre 12, 2024

DE MEMORIA: Lozoya, los hoyos justicieros…

Carlos Ferreyra

Lozoya, los hoyos de la justicia a la vista pública. El hoy popular comedero Hunán, deberia pagarle un royalty —creo que asi dicen a las regalías en el idioma del personaje— que sin querer puso en el tapete a la justicia, y abajo del tapete las leyes.

Emilio Lozoya llegó, robó y huyó. Atrapado por su buena voluntad, aceptó la extradición a México. Curioso, estaba bajo supuesto proceso de captura y extradición y debió pedírsele permiso para aplicar los acuerdos internacionales bajo los que opera esa figura legal entre nuestro pais y España.

Temo y las sucesivas muestras así lo ratifican, que los compromisos financieros de López en sus 18 años de campaña por todo el país, comprenden a toda suerte de organismos oficiales y de entidades públicas que pagaban lo que los narcos llaman derecho de piso.

El nombre es correcto y mediante el pago puntual de ese chantaje se evitan problemas que inclusive pueden ser más costosos.

Mencionémoslo como una mera coincidencia, pero quizá pueda algún lector recordar si el cacicazgo lozoyano sufrió agresiones de las mesnadas pejianas cuyo tradicional cliente era Pémex. Desde bloqueos, hasta incendio criminal de pozos. Esto sí lo tengo presente.

Tras la ruptura amistosa y luego distanciamiento político de Rosario con Lopez, es evidente que ella no aceptaría desviar fondos en su favor. Hoy lo paga, amparada por la justicia, se anuncia que buscan nuevos delitos a la exfuncionaria y señalan sin pudor para mantenerla encerrada.

Los presuntos delitos de ambos son por la misma causa y con los mismos personajes, Iberdrola al frente. Pero los criterios justicieron son diametralmente distintos.

Total, Rosario sólo debe pagar cinco mil 500 millones de pesos para quedar libre. Lozoya no paga ni la cuenta del restaurante, a cargo del erario, mía, de usted amigo leyente. Está bajo la divina proteccion de YSQ en calidad, como suena, de testigo protegido.

He estado en varias ocasiones en Hunán, sito en la bifurcación de Reforma hacia la carretera a Toluca. En la entrada de Lomas Altas, para mayor precisión. Se trata de unas ostentosas instalacions, con valet, chofer y guardias en la recepción y dentro, como en las películas, meseros con fraques y esmóquines, todo es lujo, protocolo y de hecho un equipo completo para atender cada mesa: el sommelier, que así se llama el degustador de vinos, el capitán, los meseros y el garrotero siempre presto a levantar de la mesa cuando sueltas el trozo de pan que saboreabas.

Pueden imaginarlo, caro es poco pero la parafernalia con que acompañan los platillos, hacen que el comensal se sienta mas arriba que privilegiado.

El capitán que se mantiene ojo avizor a las necesidades o deseos ni siquiera expresados por los comensales, al coincidir dos o mas platillos, en forma teatral, como director de sinfónica, mediante un par de movimientos hace que al unísono los meseros destapen los platillos y los coloquen ante el consumidor.

Los platillos se presentan con una tapadera de plata. El cliente verá su pedido hasta que el director del protocolo lo ordene.

La comida es principalmente asiática, quizá china. Y no se le ocurra al cliente pedir unas tortillitas porque se ganará el repudio del resto de la concurrencia, el desprecio del personal de servicio y si no le piden que se retire será debido a que son magníficos anfitriones.

Y por esta razón, no se puede asegurar que Lozoya, conocido en el hampa oficial como El Chivato, haya roto su estado legal y su arraigo domiciliario. Al salir de Hunan, unas deliciosas jovencitas, rubias desde luego, le recuerdan: esta es su casa, le esperamos nuevamente.

Mientras, deléitese con un Pato laqueado…

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